Grandes industrias continúan extrayendo millones de litros de agua para procesar sus productos y obtener grandes beneficios económicos, a pesar de la situación que se vive en Nuevo León, por lo que la organización Greenpeace, junto con activistas y ciudadanos afectados, exigieron a las autoridades a distribuir equitativamente el vital líquido.
“Necesitamos una distribución equitativa del agua potable y ver este problema como un tema de justicia. Que no sean solo los más ricos quienes tengan acceso al agua. Para ello, es necesario que el Congreso Federal emita una nueva Ley General de Aguas para que en todo el país se priorice el acceso al agua como un derecho humano para las personas.
“Por su parte, las ciudades deben integrar la gestión del agua con la preservación ambiental para mejorar la disponibilidad de agua a través de medidas específicas como la preservación de las zonas de valor ambiental; mejorar la infraestructura para la gestión del agua; la distribución equitativa de los beneficios económicos obtenidos por la actividad industrial, así como el reverdecimiento de las ciudades”, dijo Carlos Samayoa, campañista de agua de Greenpeace.
Debido a la escasez de agua, Greenpeace suspendió la inauguración del Huerto comunitario El Pedregal en Guadalupe, Nuevo León este fin de semana, en el que lleva trabajando dos años para acercar a la ciudadanía a opciones de alimentación nutritivas y ecológicas, como parte de una visión hacia nuevas formas de consumo que sean más sustentables y socialmente justas.
“Nuevo León enfrenta una sequía jamás vista y que no es justa, ya que mientras grandes industrias siguen trabajando sin afectación, colonias enteras se quedan por días o semanas sin el vital líquido y en otras colonias jamás hace falta. El gobierno presenta un plan a la población que asegura ‘garantizar’ el agua para todos, pero tememos que no pueda cumplir, porque nosotras, la ciudadanía, ya nos hemos quedado esperando el agua que no llega sino hasta días después”, señaló Leslie Palacios, ciudadana de Guadalupe.
“Esto hace que nuestros huertos, tanto los que tenemos en casa como los comunitarios, se queden en último plano. Muchas hemos optado por suspender la siembra… estamos solas en nuestro intento de hacer un cambio positivo por el planeta y nuestra comunidad”, enfatizó.
Se decidió que la entrada en operación del huerto comunitario se pospusiera debido a que, dada la escasez de agua en la región, es imposible sostener estas operaciones; mientras las grandes empresas siguen laborando sin problema.
Paradójicamente, estas industrias –muchas pertenecientes al sector de alimentos y bebidas– son las mismas que además de acaparar el agua de numerosas localidades del país también lo están inundando con productos ultra procesados y empacados en plásticos que dañan nuestra salud y la del planeta, precisamente el modelo de alimentación industrializada, plastificada y propulsora del cambio climático que buscamos combatir con proyectos de consumo responsable y libre de empaques que lleven alimentos frescos y sanos a las mesas neoleonesas.
Es importante destacar que la escasez de agua tiene dos causas claras y visibles. En primera instancia, el aumento de la temperatura global altera el comportamiento de los océanos y los ciclos de agua.
Greenpeace destacó que, en el último decenio, más del 90 por ciento de los grandes desastres naturales se produjeron a causa de inundaciones, tormentas, olas de calor, sequías y otros fenómenos meteorológicos, de acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres.
Se estima que, por cada grado de calentamiento global, aproximadamente un 7% de la población mundial estará expuesta a una disminución de al menos 20% de los recursos hídricos renovables, de acuerdo con el Informe de políticas de ONU-AGUA sobre el Cambio Climático y el Agua de la organización Un Water. Como segundo punto, la mala calidad, el acceso inequitativo, la construcción de infraestructura en áreas de recarga o conservación, e infraestructura deficiente en los sistemas de distribución de agua potable son algunos de los otros muchos factores que inciden en la escasez de agua en el norte del país.
“Este problema es un círculo vicioso muy dañino para nuestra salud y la del planeta: las industrias que consumen el agua del país son también las que impulsan el modelo de producción y consumo en masa de alimentos ultra procesados y plásticos de un solo uso que terminan contaminando, irónicamente, nuestros cuerpos de agua. A la vez, sin agua no puede haber huertos urbanos y requerimos de huertos para transitar hacia una agricultura ecológica que haga frente al cambio climático y brinde alternativas no industrializadas/ultra procesadas a la ciudadanía”, concluyó Órnela Garelli, campañista de océanos sin plásticos de la misma organización.
Ante un problema tan grave, las acciones que deben tomarse son urgentes, por lo que Greenpeace hace un llamado a los gobiernos de los tres niveles a crear planes contingentes ante esta crisis.
elmm