Sergio Ruiz Aguilera, cronista del municipio de Valle de Santiago dio a conocer que fueron localizadas dos monedas antiguas contando con las iniciales de dicho lugar (V.D.S.). Estas piezas fueron presentadas por una persona oriunda del municipio y fueron sometidas a una investigación para conocer un poco más sobre el tema.
Sergio Aguilera Ruiz mencionó que hace un par de días una persona se puso en contacto con él para contarle sobre un interesante hallazgo, el cual fue realizado con un detector de metales en las inmediaciones de un campo de cultivo de la comunidad Charco Pantoja.
Aseveró que el registro que realizó el detector de metales fue una antigua ficha de cobre conocida como 'pilón'. Dicha pieza presentaba solamente una cara grabada con características particulares, como que contiene la denominación de pilón P.L.N (abreviación de la palabra pilón) y V.D.S. (Valle de Santiago), así como el año de 1816.
Mencionó que si bien ya había leído algo sobre los pilones, decidió documentarse un poco más, ya que consideró que este tipo de hallazgo es muy importante, pues al menos él jamás había visto alguno que correspondiera a Valle de Santiago.
Asimismo, dijo que era importante conocer un poco más sobre la historia que tienen tras de sí estas piezas que fungían como fichas o monedas. Explicó que un problema constante durante el largo del periodo colonial fue la escasez de moneda fraccionaria legal para las transacciones comerciales al menudeo, siendo así que surgió la necesidad de forjar una moneda particular.
Lo anterior debido a que el real de plata que circulaba durante el virreinato, su denominación más baja era el medio real, pero no era conveniente para transacciones menores.
Posteriormente llegaron las cuartillas; esto quiere decir, un cuarto, para después surgir los Tlacos, el cual es el término que viene de la lengua náhuatl que significa mitad, cuya equivalencia era un cuarto de real y los pilones a un dieciseisavo real.
Ruiz Aguilera abundó que los primeros tlacos fueron acuñados por los propietarios de pulperías, estas eran tiendas para la clase mestiza dedicadas a la venta de artículos varios. Estas monedas nunca tuvieron respaldo oficial, pero se aceptaban al margen de la ley, ya que eran monedas de corte irregular realizadas en cobre y, muchas veces fundidas y casi siempre selladas a golpe por una sola cara.
El historiador recordó que tras la publicación titulada "Un pilón en el Valle de Santiago", lo contactó el señor Enrique Alonso, detectorista aficionado, comentándole sobre una moneda de cobre que encontró en una parcela cerca del cráter La Alberca.
Esta moneda clasificada como municipal, fraccionaria de un octavo de real es sumamente interesante. Catalogada entre los coleccionistas como moneda muy escasa, cuenta con dos características curiosas: la palabra Valle está escrita con "b", Balle; además, en los números que identifican el año de acuñación 1814, el número cuatro está invertido, presentando además una característica que la hace todavía más relevante: esta moneda tiene un resello con las letras NS.
Sergio Ruiz destacó que las múltiples emisiones de monedas en este periodo tienen tres grupos o categorías. Una es la moneda provisional, la cual es la realizada en casas de moneda, con maquinaria y equipo, con actividades no temporales, como Guanajuato y Guadalajara, Sombrerete, Durango, Chihuahua y Zacatecas.