Los alumnos de la preparatoria Tonalá Centro, de la Universidad de Guadalajara, indicaron que estaba estudiando en medio de olores fétidos constantes y el chillido de reses y cerdos que eran sacrificados de forma indigna, ya que a corta distancia del plantel se encuentra el rastro municipal.
A pesar de que el rastro municipal fue clausurado el 3 de agosto, los estudiantes acudieron durante la tarde del 26 de octubre hasta el ayuntamiento de Tonalá para exigir que este lugar sea reubicado a las afueras del Área Metropolitana de Guadalajara y no se volviera a abrir.
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“Nosotros queremos abrir las ventanas para que se entrara aire, pero al abrir las ventanas también entra aire pero del olor a rastro y era muy desagradable, las tenemos que volver a cerrar (…) Cuando regresaba el camión podía ver por las calles que había como manchas rojas y cosas así, cosas que la verdad olían feo también”, explicó Tomás, uno de los estudiantes.
Por su parte, Zoé García, presidenta de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), aseguró que anteriormente hubo un reclamo acerca de que el rastro que se encuentra escasas cuadras de la preparatoria ha generado una serie de problemáticas, no sólo para los alumnos sino para toda la comunidad de tonaltecos.
“Sin duda es una problemática sumamente común en el estado, es un rastro que opera en la clandestinidad con irregularidades”, explicó García.
Fueron alrededor de mil alumnos de la UDG los que se hicieron presentes durante la sesión de cabildo para pedirles a los regidores ser escuchados. Además se hizo entrega de un pliego petitorio que exigió no reabrir el rastro.
Por su parte, las autoridades informaron que tanto la clausura impuesta del rastro por PROEPA como por la Dirección de Ecología de Tonalá, continúan vigentes y que existen propuestas para instalar un rastro que cumpla con todas las normativas y que se construya fuera de la zona centro del municipio.
A pesar de que ya existían quejas previas, fue hasta el 1 de agosto que se publicó en redes sociales un video que mostró cómo brotaban litros de sangre de animales de las alcantarillas en la colonia El Mirador, durante una tormenta, esto debido al mal manejo de las vísceras que eran desechadas en los desagües.
AA