Lo que en fotografías y videos parece ser una zona desértica realmente es la presa Cerro Prieto, en el municipio de Linares, embalse que ha quedado prácticamente seco y del que es imposible seguir extrayendo agua para consumo humano.
Después de abastecer de agua por más de 35 años al área metropolitana, el embalse dejó de cumplir con su función, hecho que refleja la severa crisis hídrica por la que pasa Nuevo León, derivado de la sequía y el crecimiento desmedido de la metrópoli.
El almacenamiento actual es menor al uno por ciento y solo queda un pequeño charco y lodo, al cual ingresan habitantes de ejidos cercanos a la Cerro Prieto para pescar.
“Pues aquí ando pescando, me vine a meter al lodo para ver si sacaba unos cuantos y llevarlos a la casa para comer. Son peces carpa, están de buen tamaño.
“Aquí en el ejido dicen que queda mucho pescado, porque hay poca agua, vine a ver si es cierto”, relató Juan Carrillo, quien estaba sumergido en lodo.
La situación actual provoca nostalgia entre viejas y nuevas generaciones que habitan en el municipio de Linares, pues recuerdan con cariño las tardes en familia frente a la presa.
“Cómo no me voy a acordar de aquellos días, si uno lo que quería era venir a la presa, para nosotros era como la playa.
“Déjeme decirle que hasta batallamos para entrar. Aquí se pasaban los sábados y los domingos, no faltaba quién sacrificaba al cabrito para ponerlo a asar y comer en familia. Desafortunadamente ya ahorita la presa está seca y es muy triste verla así”, relató Roberto Reyes, quien de joven vivió en Linares.
El vacío de la presa Cerro Prieto tiene una doble consecuencia, pues además de no abastecer de agua al área metropolitana, también compromete los ingresos de ejidatarios de Linares que se dedican a la agricultura y la ganadería.
mvls