La mañana del lunes se vivió una intensa manifestación en el Hospital General del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE) en Torreón. Familiares de pacientes se congregaron para protestar contra la falta de elevadores en el hospital, una situación que se ha vuelto crítica desde el pasado fin de semana cuando el único elevador en funcionamiento dejó de operar, generando serias dificultades para los servicios de hemodiálisis y quimioterapias.
Entre los manifestantes se encontraban Francisca Ruiz, Flor Martínez, Osvaldo Licerio y Marisela García, quienes denunciaron que desde hace meses uno de los elevadores del hospital dejó de funcionar y el fin de semana pasado quedó fuera de servicio el segundo elevador.
Esto obligó a los familiares a subir a sus seres queridos prácticamente cargándolos para que pudieran recibir sus tratamientos de hemodiálisis, y luego bajarlos por las escaleras con la ayuda de camilleros. Este esfuerzo adicional provocó un severo impacto en la salud de los pacientes, quienes terminan muy débiles y agotados después de sus tratamientos.
“Estamos batallando bastante,” comentó Marisela García, quien acompañaba a su esposo al servicio médico. “Tuvimos que venirnos demasiado temprano para que mi esposo con calma pudiera subir. En el primer piso hay que descansar un ratito para que pudiera agarrar fuerzas hasta el segundo piso, que es donde se hace la hemodiálisis. Al bajar, gracias a Dios, dos camilleros muy amables nos ayudaron a bajarlo, ellos cargándolo casi en peso y nosotros con la silla cargándola. Esperamos que se solucione pronto esto.”
La situación no es exclusiva de quienes requieren hemodiálisis. Todos los pacientes que acuden al nefrólogo enfrentan desafíos similares, ya que las sesiones no pueden suspenderse.
“Hay un elevador que ya tiene meses descompuesto y el otro ya dejó de funcionar. No es una inconformidad nada más, sino una necesidad. Necesitamos que les den solución a los elevadores porque los pacientes al bajar hasta sufren daños en sus sillas de ruedas,” expresó con preocupación Flor Martínez.
La falta de elevadores no solo representa una incomodidad, sino una verdadera amenaza para la salud y el bienestar de los pacientes. La dificultad para acceder a los servicios médicos no solo aumenta el desgaste físico de los pacientes, sino que también pone en riesgo su estabilidad y recuperación. El esfuerzo que deben hacer para recibir tratamientos vitales, como la hemodiálisis y las quimioterapias, va en contra del objetivo de mejorar su calidad de vida.
Los manifestantes hicieron un llamado urgente a las autoridades del ISSSTE y a las instancias gubernamentales correspondientes para que se tomen medidas inmediatas y efectivas para reparar los elevadores del hospital. La solución de este problema es vital para garantizar que los pacientes puedan acceder a los servicios médicos que necesitan sin poner en riesgo su salud y bienestar.
IML