Calcinados en Zoquitlán: "Uriel y su familia no son delincuentes”, afirman primos y tías de las víctimas

Los familiares aseguran que la delincuencia y el cobro de piso están detrás de esta tragedia.

Familia Calcinada en Zoquitlán / Apolonia Amayo
Zoquitlán, Puebla. /

Uriel y su familia no son delincuentes, fueron víctimas de la inseguridad e impunidad que hay en la Sierra Negra de Puebla, en donde la delincuencia a través del cobro de piso, ha desplazado a familias completas, cometido asesinatos y ha desaparecido a personas, afirmaron primos y tías de las víctimas.

Ante medios de comunicación negaron que la muerte de Uriel, su esposa Angélica y de sus hijos Iker Jacinto y Abad Uriel, de siete y nueve años, ocurrida el viernes pasado en el paraje “Dos Caminos”, fue por el incendio que hubo en su vivienda, algunos lo atribuían al temblor.


“No es verdad porque los vecinos escucharon los disparos de arma de fuego, seguido de esto se dio el incendio de la vivienda donde quedaron los cuatro cuerpos calcinados, saben que en la cocina que está distante de la casa que se quemó, hay sangre y cartuchos percutidos”, afirmaron.


Desafortunadamente los vecinos no quieren hablar, tienen temor a correr la misma suerte, porque la delincuencia en Zoquitlán tiene impunidad de las autoridades, el presidente municipal no ha hecho nada por denunciar la inseguridad que hay en ese lugar, ellos lo hacían con temor, pero no pueden permitir que los asesinos sigan acabando con la vida de más personas, dijeron.

Exigen justicia y atención de la FGE para familia calcinada en Zoquitlán

Pidieron que se haga justicia del asesinato de los cuatro integrantes de esta familia, que la Fiscalía General del Estado atraiga la investigación de este caso y otros más que se han registrado, de los cuales hasta estos días no han aclarado y menos detenido a los responsables.

En esa zona señalaron, que se han presentado asesinatos de adultos, pero jamás de niños; también han ocurrido desapariciones de personas como la de Serafín Sandoval Ruiz y su hijo Ricardo, que no son localizados desde el 20 de mayo, la última vez que tuvieron contacto con ellos fue en Laguna Chica Veracruz, ellos vivían en Tepexilotla, Zoquitlán.

Afirmaron que la Sierra Negra se ha convertido “en tierra de nadie”, no hay justicia para esta zona que está abandonada por las autoridades del estado y federales, “pedimos que se esclarezcan estos hechos, no es justo que hayan asesinado a una familia entre estos a menores de edad cruelmente”.

Denunciaron que en la Sierra Negra hay personas que aparecen muertas en el río, sus familiares los rescatan los cadáveres y sepultan como si no hubiera pasado nada, no denuncian por temor a los delincuentes, hay huérfanos que quedaron abandonados.


Por la desaparición de personas que se ha dado, señalaron que varios hombres por temor a ser asesinados o desaparecidos, han dejado sus hogares, a sus familias abandonadas.

¿Cuál fue el movil del asesinato de una familia en Zoquitlán?

Una de las probables causas del asesinato de Uriel y su familia, es porque le reclamó a un sujeto que se apropio de un manantial que hace muchos años era propiedad de la familia de la víctima, recientemente un sujeto se quedó con la posición de esta fuente de abasto que proveía de agua a varias familias que habían colocado varios tramos de manguera para abastecer a sus hogares del preciado líquido.

“Quien se adueñó de este manantial cortó en trozos pequeños todas las mangueras y una de las personas que le reclamó fue Uriel, en respuesta fue amenazado de muerte”, por eso piden que se investigue a ese sujeto.

Aseguraron que la gente prefiere callar antes que aceptar lo que está ocurriendo en la Sierra Negra de Puebla por temor a provocar a los grupos delictivos.

“De todo esto, la gente no habla por temor, no hay seguridad, hay policías que son familiares de presuntos delincuentes que se sienten protegidos, porque a pesar de que hay cinco denuncias por el cobro de piso por cosecha de maíz, café, abasto de agua, la Fiscalía no ha procedido” afirmaron.

Los familiares expusieron que hay presuntas denuncias por homicidios que han presentado familias ante la FGE que no han avanzado, están archivadas, hay otros casos más que no los han denunciado por temor a represalias.

Aseguraron que Uriel de 34 años, no era delincuente, era comerciante, tenía una tienda de Liconsa, vendía gasolina que compraba en Zongolica, no era huachicolero, aclararon, era mayordomo de la iglesia, persona dedicada al campo, era una gente de bien.

ERV

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