La familia Martínez, vive en la colonia San Juan de Abajo en León, en una zona que no se encuentra regulada y cada semana cada integrante hace un esfuerzo por levantarse temprano e ir por agua a la toma más cercana del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado (Sapal) usa como herramienta una carretilla con hasta cinco garrafones.
Patricia Martínez, jefa de familia y quien ha tenido que sacar adelante sola a sus dos niños, informó que este es un problema que desde hace años, que han tenido que saber sobrellevar los colonos de la zona, señaló que la única solución ha sido adaptarse.
"Las pipas es la solución, toda la colonia y el rancho pagan para que nos llenen el barril, nos cuesta 20 pesos, mi mamá compra tres barriles a la semana o a veces más, gastándose más de cien pesos a la semana, ya que tenemos cinco barriles”, dijo la señora.
Indicó, que lo más difícil era medirse con el agua, ya que cinco barriles no rinden para los seis integrantes de la familia que habitan dentro una casa de dos cuartos, en los que incluso, cada persona tiene que hacer rendir una cubeta y media para bañarse, ya que todavía tiene que hacer limpieza en el hogar, lavar trastes, regar plantas, bañar a las dos mascotas que tienen, entre otras actividades que involucran el uso del vital líquido.
"Aqui vivimos seis personas y nos tenemos que medir con el agua porque no ajusta, y luego nos tenemos que ir a las tomas que puso Sapal, porque no ajusta se acaba muy rápido el agua y muchos no ajustamos, y a nosotros nos queda la toma más cercana a 15 minutos”, manifestó.
La señora Patricia, referenció que a veces a ella le toca ir sola a llenar los garrafones de agua hasta la toma ubicada a más de 15 minutos de su casa, relató que hace al menos tres viajes, ya que por vuelta solo puede con dos garrafones.
Patrica y su familia piden apoyo al municipio, para que no abandonen a la colonia, y para que las pipas de Sapal pasen más seguido, ya que el agua no alcanza y es un calvario para sus familiares y vecinos.
DASH