Una familia venezolana ha recorrido ya 4 mil 358 kilómetros a pie desde Maracay, Venezuela. Dicha familia estaba conformada por 20 integrantes, pero ahora solo quedan cuatro: José, Edyan, Gabriela y Greysi.
Ya han recorrido Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y por último México, durmieron cuatro días en la selva, a la que sobrevivieron, sin embargo, en su llegada a México las cosas fueron complejas, la inseguridad en el sur les quito sus pertenencias, alimentos y por poco la vida.
“Nosotros caminando de pueblo en pueblo y vamos pidiendo, tenemos un cartel y todo para que nos den ayuda, pues para que nos den una moneda mira y ayuda y así pues vamos de pueblo en pueblo hasta llegar, la meta es llegar a Estados Unidos para un mejor futuro pues”, comentó José Manuel Gallardo, migrante.
Entre los centroamericanos fue creado un canal de comunicación para aquellos que van a viajar a Estados Unidos y pedir asilo político, es que por Coahuila existe seguridad para llegar al Río Bravo, donde primero pedirán entrar a ese país, pero de no lograrlo lo harán por la fuerza.
En su llegada a México, cualquier persona puede hacerse acreedor a un permiso de estancia provisional por 180 días, este les permite buscar un trabajo provisional y recibir ayuda, de no contar con él, están obligados a ser deportados a su país.
Desde hace una semana, un acuerdo entre los gobiernos de Texas y Coahuila en aras de eficientizar el flujo comercial, fue establecido y está basado en regular la migración. En los municipios de Castaños, Allende, Acuña y Piedras Negras, se mantiene operativos permanentes entre la Secretaría de Seguridad, Fiscalía, e Instituto Nacional de Migración.
“Hoy en día estamos teniendo acontecimientos de personas migrantes provenientes de Cuba, Venezuela, Colombia, El Salvador, personas que son trasladados mediante el pago de cuotas por integrantes de tráfico de personas, quienes forman parte de la delincuencia organizada”, dijo Manuel Vázquez, oficial Gatem.
Los agentes sólo tienen dos instrucciones, detectar la movilidad de migrantes mediante alguna mafia y ofrecer ayuda humanitaria sobre todos a mujeres y niños.
“El objetivo que seguimos en este tipo de acontecimientos es primordial la integridad de los migrantes tanto de adultos como de niños sin importarnos el sexo país de origen brindando en todo momento sin vulnerar sus derechos humanos”.
Pese a cualquier peligro que pudo existir entre José, Edyan, Gabriela y Greysi, al estar ya en Coahuila a algunos cientos de kilómetros de la frontera, el ánimo y la esperanza comienzan a resurgir.