El 1 de julio es un día especial para las y los devotos del Señor de las Maravillas, y este 2024 miles de personas acudieron desde las dos de la mañana al Templo de Santa Mónica para cantarle las tradicionales mañanitas para iniciar las celebraciones.
Los asistentes acuden para agradecer los milagros del Señor de las Maravillas, una de las figuras más veneradas por los católicos en el estado de Puebla por su poder de conceder peticiones y brindar protección a sus seguidores, así lo aclaró Pedro Calderón, quien acudió a agradecer al Cristo.
“Nosotros llegamos desde las 5:30 de la mañana, pero tengo entendido que desde mucho antes las personas ya estaban reunidas aquí en el templo”, comentó.
En punto de las ocho de la mañana, y a pesar de las inclemencias del clima, se llevó a cabo la primera misa de la jornada a la que asistieron alrededor de 500 personas, así fue como lo afirmó uno de los comerciantes de la zona.
“Esta festividad siempre inicia desde tempranito, antes de la misa de ocho ya hay demasiadas personas comprando sus velas, o preparando la comida que van a repartir a todos los visitantes”.
Creyentes del Señor de las Maravillas cumplen con mandas en agradecimiento
Después de esta misa, Pedro Calderón detalló que empezó con la repartición de la comida, que en su caso es una costumbre que tiene junto con su familia desde hace 15 años.
“Cada año hemos repartido 400 chanclas, esto como forma de agradecimiento al Señor de las Maravillas […] siempre nos vamos alrededor de mediodía porque se acaban muy rápido”.
A pesar de que don Pedro se retiró al terminar de regalar este platillo, aclaró que los devotos que visitan el Santuario continúan llegando hasta muy tarde en la noche.
“Nosotros nos vamos temprano pero hay muchas personas que siguen repartiendo alimentos a lo largo del día, además de diferentes productos que ellos hacen como llaveros y servilleteros que reparten a cualquiera que se acerque”.
A las diez de la mañana y 12 de la tarde se llevó a cabo la segunda y tercera misa, respectivamente, donde muchos de los visitantes no ingresaron al templo por falta de espacio, sin embargo, desde las calles aledañas se escucharon los rezos y oraciones de la comunidad.
Iván Lezama fue otra de las personas que desde aquellas horas repartió tacos de canasta a niños, jóvenes y adultos, lo anterior debido a una promesa que le hizo al santo desde hace tres años.
“Sufrí de una enfermedad terminal, insuficiencia renal para ser exactos […] vine, hice la promesa y a pesar de qué aún no me curo estoy cumpliendo para que ojalá me pueda hacer ese milagro”, detalló.
A las13:30 horas se llevó a cabo la misa presidida por el párroco Mario Alvarado, a las cuatro de la tarde se ofreció otra misa y a las 17:30 horas se llevó a cabo la eucaristía a favor de la Cofradía Jesús Nazareno.
La última misa se realizará a las ocho de la noche para que los católicos que no tuvieron la oportunidad de asistir por la mañana, puedan estar presentes en la última misa dedicada al Señor de las Maravillas.
Este día fue una ocasión especial para reflexionar sobre la importancia de la fe y la esperanza en nuestras vidas, explicó Gloria Flores, quien tiene como tradición repartir 70 kilos de mole al final del día. Ella invita a recordar que, a pesar de los desafíos y dificultades que enfrentamos, siempre podemos encontrar consuelo y fortaleza en la devoción y confianza en el Señor de las Maravillas.
AGA