Este Viernes Santo se llevó a cabo la 179 representación del Viacrucis en Iztapalapa. Se realizó un recorrido de tres kilómetros hasta las faldas del Cerro de la Estrella, luego de que las recientes ediciones no pudieron contar con la presencia del público debido a la pandemia de covid-19.
Desde el año de 1843 esta tradición se ha realizado sin ninguna interrupción, siendo un evento característico de la comunidad cristiana en todo el mundo; en este evento participan año con año los habitantes de los ocho barrios de Iztapalapa.
De acuerdo con una leyenda, tras una epidemia de cólera que afectó principalmente a la comunidad de Iztapalapa, debido a que en ese entonces no existían condiciones adecuadas para la salud en esta zona de la Ciudad de México, por lo que sus habitantes realizaron una peregrinación al Señor de la Cuevita para pedir por el fin de los padecimientos.
Tras esta acción, las muertes disminuyeron considerablemente, así como los casos de enfermos, por lo que fue catalogado como un milagro. Fue de esta manera que, de manera de agradecimiento al Señor de la Cuevita, los pobladores de los ocho barrios realizan la representación de la Pasión de Cristo en el Cerro de la Estrella.
La conmemoración de la pasión, muerte, y resurrección de Cristo, nos recuerda que seas o no cristiano, aquello que el ser humano es capaz de pensar, una idea del bien, un impulso creador de virtud es una aspiración para ser cada día mejor y más humilde.
Un rey que no monta carros de guerra, un líder cercano al pueblo, alguien como tú, que todos los días carga la cruz cuando se sube al metro, que su Gólgota es una ciudad que no se detiene, y que su resurrección la encuentra después de la pasión de ser humano, cada mañana cuando despierta para hacer lo mismo.
LPGC / PALA