El 5 de diciembre de 2018, Francis Coello Rivera, de 94 años, y su hermana Magda, de 90, decidieron albergarse en un asilo para mujeres perteneciente al DIF Jalisco, quienes nunca tuvieron hijos y se dedicaron a apoyarse mutuamente.
Han pasado casi seis años desde su llegada, y para Francis y su hermana Magda, la casa de descanso para mujeres del DIF, ubicada sobre la Av. Manuel Acuña, es su hogar.
“A esta casa hogar llegué, si tú quieres, por azares del destino, nos quedamos solas en casa mi hermana y yo, entonces había una soledad muy completa”, explicó Francis.
A las mujeres se les permitió adaptar sus habitaciones para convertirlas en una sola y dormir cerca una de la otra. Se llevaron algunos de los muebles de su antigua casa y en las paredes hay fotografías de sus difuntos padres y hermanos.
“Encontramos un ambiente de ternura, de apoyo, de ayuda, de comprensión y nos ganaron el corazón, nuestras dirigentes, y aquí estamos”, dijo Francis.
Las hermanas nunca se casaron ni tuvieron hijos, tras la muerte de su madre en 1989, han sido una compañía mutua, han estado juntas en las buenas y en las malas. Francis se desempeñó toda su vida laboral como contadora, fue siempre una mujer independiente y admitió que no se arrepiente de nada, ya que optó por estar soltera que mal acompañada.
“No fue decisión, fue que la vida te va llevando, dos o tres novios que quise mucho, el último me falló horriblemente y die pues hasta aquí”, dijo Francis, quien explicó que tiene una memoria lúcida, habla perfectamente, camina con un poco de dificultad y su vista todavía le permite ver la televisión, lo que considera su mayor diversión, “me gustan películas, series, noticias, sí, soy desvelada, me voy durmiendo”.
Los cinco hermanos de Francis y Magda ya fallecieron, sólo les quedan seis sobrinos que aseguran que todavía las visitan, y de vez en cuando las llevan a comer a restaurantes o de paseo a Ajijic. Estas hermanas están decididas a estar juntas hasta el final.
El 28 de agosto es el Día del Abuelo, una celebración especial que honra y reconoce el papel y la contribución de los abuelos en la familia y en la sociedad. Aunque la fecha y las costumbres pueden variar según el país, la esencia de la celebración es mostrar aprecio y gratitud hacia estos miembros mayores de la familia.
AA