El pasado domingo, familias víctimas de desapariciones en Jalisco se reunieron junto al colectivo de búsqueda Guerreros Buscadores de Jalisco, para participar en una emotiva posada navideña. El evento, que contó con la solidaridad de voluntarios y padrinos, permitió que más de 200 niños recibieran regalos especiales, cumpliendo los deseos que habían plasmado en sus cartas.
La actividad, organizada por el colectivo, ofreció a las familias una oportunidad para encontrar un momento de alegría en medio de la incertidumbre y el dolor que enfrentan a diario por la ausencia de sus seres queridos.
- Policía
“Es difícil tener un desaparecido, implica muchos gastos, búsquedas y situaciones para las que no siempre tenemos recursos. Que se realice algo como esto, la verdad no tiene precio”, compartió Mary Vázquez, madre de un joven desaparecido.
¿Cómo vivieron la posada las familias y los padrinos?
Para los niños que participaron, el evento no solo significó recibir un obsequio, sino también una muestra de esperanza y apoyo por parte de la comunidad. Vanessa, una de las madrinas, relató su experiencia al participar en esta noble causa
“Es el tercer año consecutivo que yo hago esto y la verdad es algo muy bonito, yo le regalé una cocinita y el bebé que pidió y aparte trastecitos, una emoción muy bonita. Yo por ejemplo no tengo hijos, es algo muy bonito darles un regalo especial a niños que no tenían la posibilidad de que les puedan regalar algo”, comentó Vanessa.
El evento fue particularmente emotivo para familias como la de Mary, cuyo hijo mayor, Ángel de Jesús López Vázquez, desapareció hace dos años. Desde entonces, las celebraciones navideñas han perdido su significado para sus tres hermanos menores. Sin embargo, gracias a esta iniciativa, pudieron disfrutar nuevamente de la ilusión que trae la Navidad.
Indira Navarro, líder del colectivo organizador, señaló el impacto que estas actividades tienen en los niños.
“En la mayoría, el jefe de familia es quien les daba ese tipo de regalos y pues como el año pasado ya se había hecho algo similar, en esta ocasión decidimos pedir el apoyo a la sociedad. Tuvimos muy buena respuesta, los padrinos están teniendo acercamiento con los ahijados que hicieron unas cartitas y en esas cartitas lo primero que pedían era ver a su papá, ver a su mamá y era muy triste, algunos no querían ni pedir”, explico Navarro.
Además de los regalos, esta posada simbolizó el apoyo y la empatía de una comunidad que se unió para llevar alegría a quienes enfrentan una dura realidad.
“La situación que pasó en el país y todo, yo creo que el cambio podemos comenzar desde uno mismo, y a lo mejor no puedo cambiar el mundo, pero puedo apoyar a un niño ¿no?”, expresó Daniela Camberos, otra madrina que participó en el evento.
Para Antony, uno de los niños apadrinados, el agradecimiento fue sincero hacia la persona que lo apadrinó.
“Muchas gracias a la persona que lo dio, desde su casa, tiene mucha bondad y le agradezco mucho a mi padrino”, expresó Antony.
Este tipo de iniciativas no solo alivian, aunque sea por un momento, el sufrimiento de las familias afectadas por la violencia, sino que también refuerzan la importancia de la empatía y la acción colectiva para transformar realidades dolorosas en actos de esperanza y amor.
AM