El pasado 15 de septiembre, las calles de Puerto Vallarta fueron escenario de una manifestación juvenil que alzó la voz contra la gentrificación y el deterioro ambiental; siendo una realidad que se ha extendido por todo Jalisco, como es el caso de la colonia Americana en Guadalajara.
Decenas de jóvenes marcharon desde la Unidad Deportiva Agustín Flores Contreras hasta los emblemáticos Arcos del Malecón, para exigir mejores condiciones de vida y un futuro sostenible para los habitantes locales.
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Con pancartas y consignas, los manifestantes expresaron su descontento con una realidad que, aseguran, está desplazando a los vallartenses de su propia ciudad.
¿Cuáles fueron los reclamos externados por los manifestantes?
Entre sus principales demandas, destacaron la urgente necesidad de frenar el encarecimiento de la vivienda, garantizar sueldos dignos que permitan a la población local competir en el mercado inmobiliario y mejorar un sistema de transporte público que consideraron deficiente.
La protesta no solo se centró en temas económicos. Los jóvenes también denunciaron lo que llamaron “ecocidios”, señalando que el desarrollo urbano descontrolado está cobrando un alto precio a los ecosistemas locales.
Advirtieron sobre la pérdida de manglares, esenciales como barreras naturales contra huracanes, y de otros hábitats que funcionan como pulmones de la ciudad.
En este sentido, hicieron un llamado a las autoridades a dejar de considerar a los cocodrilos como una plaga, argumentando que su presencia en zonas urbanas es una consecuencia directa de la destrucción de sus espacios naturales. Los manifestantes exigieron que se detenga la urbanización que afecta la fauna y pone en riesgo la seguridad ambiental del destino.
Mensaje claro para las autoridades
Al llegar a la Presidencia Municipal, una parte del grupo, con el rostro cubierto, realizó pintas en las paredes de ingreso y pegó cartulinas con sus reclamos. Mientras el recinto se preparaba para la ceremonia del Grito de la Independencia, los jóvenes lanzaron consignas contra un modelo de crecimiento que, según ellos, favorece a los residentes extranjeros y desplaza a la población local.
Los manifestantes hicieron un llamado a la ciudadanía a sumarse a su lucha para construir una agenda que busque un equilibrio entre el desarrollo urbano y la protección ambiental, garantizando el derecho a la vivienda y a una vida digna para todos los vallartenses. La protesta dejó claro un mensaje: el desarrollo de Puerto Vallarta no debe ser a costa de su gente ni de su entorno.
LG