El intenso calor y los rayos del sol resultan como un peligro constante para los seres humanos durante estos últimos días, pues las temperaturas máximas registradas han ocasionado que en diversas partes de México las personas sean hospitalizadas tras sufrir un golpe de calor.
La exposición prolongada a los rayos del sol y el calor es tan peligrosa, que incluso se han registrado muertes por golpes de calor, y claro, no olvidemos del cáncer de piel que esta condición puede provocar cuando no se toman las medidas de precaución correspondientes.
¿Qué es un golpe de calor?
Un golpe de calor es el aumento súbito de temperatura debido a la exposición al sol o a la permanencia prolongada en lugares calientes y sin ventilación. Aunque esto es más común en adultos mayores y niños menores de 6 años, así como en viajeros que pasan de condiciones frías a cálidas, cualquier persona puede sufrirlo.
Por lo general, aquellos que sufren un golpe de calor suelen presentar los siguientes síntomas:
- Mareo
- Sudoración excesiva al principio, después, falta de sudor
- Enrojecimiento y sequedad de la piel
- Fiebre con temperatura desde 39 a 41°C
- Comportamiento inadecuado, como: comenzar a quitarse la ropa sin importar el lugar
- Aceleración del ritmo cardíaco, con latido del corazón débil
- Dolor de cabeza
- Ataques con convulsiones
Asimismo, existen algunas señales de alarma:
- Piel que se siente caliente y seca pero no sudorosa
- Confusión o pérdida del conocimiento
- Vómitos frecuentes
- Falta de aire o problemas para respirar
¿Cómo quitar un golpe de calor?
Para conocer con certeza si se está sufriendo de un golpe de calor lo más recomendable es acudir a un médico de forma inmediata para tratar a tiempo esta condición o aminorar los malestares que puede provocar.
Por el contrario, si no estás seguro pero presentas los síntomas señalados anteriormente, puedes realizar las siguientes acciones:
- Quita la ropa de la persona, especialmente en el pecho, pies y brazos.
- Permanece en un espacio ventilado y libre de los rayos del sol.
- Si la persona sigue consciente, dale de beber agua.
- Coloca compresas con hielo o agua helada que permitan al paciente refrescarse.
- Abanica a la persona y no la dejes sola.
- Si es posible, mete a la persona a la ducha.
Si el paciente sigue inconsciente y notas que su pulso es débil, trasládala de inmediato a un centro de salud en donde puedan darle la atención necesaria. Asimismo, debes llevarla en caso de que se sienta mejor para descartar cualquier complicación.
KM