La noche del pasado miércoles, una escena preocupante se vivió en la avenida Pablo Casals, cuando una fuerte fuga de agua potable invadió la arteria vial, debido al colapso de una parte de la galería y tubería del acueducto Gabriel Castaños, a la altura de la calle Mesina en la colonia Prados Providencia. Este emblemático acueducto, que data de principios del siglo XX, es una estructura fundamental del patrimonio histórico de Guadalajara, y su falla ha puesto en jaque la distribución de agua en la zona, generando incertidumbre entre los vecinos y autoridades sobre el estado de conservación de la red de suministro.
La ruptura de la tubería y galería del acueducto fue atendida de inmediato por el Sistema Intermunicipal de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado (Siapa), cuyos trabajadores se presentaron en el lugar para controlar la fuga y comenzar con las reparaciones.
Según información proporcionada por los especialistas del Siapa, el deterioro de la estructura podría deberse a que, desde hace varios años, personas en situación de calle han ingresado a la galería para refugiarse y encender fogatas. Aunque el material de las tuberías es resistente a la presión del agua, no está diseñado para soportar las altas temperaturas generadas por el fuego, lo cual habría acelerado el desgaste y debilitado su integridad estructural.
Vecinos de la colonia Prados Providencia señalaron que ya habían advertido sobre la problemática, informando a las autoridades sobre la presencia de personas ajenas que ingresaban al acueducto. Incluso, intentaron colocar un cancel para impedir el acceso a la galería, aunque la medida resultó insuficiente, ya que las fogatas y las constantes visitas continuaron, lo que en última instancia derivó en el actual incidente.
¿Cómo van a reparar el acueducto y cuánto tiempo llevará?
Tras la labor de reparación por parte del Siapa, la responsabilidad de restaurar el daño en la estructura histórica recae ahora en el Ayuntamiento de Guadalajara, quien deberá coordinarse con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para asegurar que la reconstrucción respete el diseño original de la obra. El acueducto Gabriel Castaños, que fue construido en el año 1900 por el ingeniero del mismo nombre, tenía el propósito de abastecer de agua a Guadalajara desde los manantiales de Colomos, llevando el vital líquido a más de 11 mil viviendas de la época.
Este monumento histórico, además de su funcionalidad como infraestructura para el suministro de agua, es también un símbolo de unión entre Guadalajara y Zapopan, representando la integración de ambas ciudades y su desarrollo urbano en el siglo XX. La preservación del acueducto no solo implica el mantenimiento de una red de agua esencial, sino también la conservación de un patrimonio que forma parte de la identidad y memoria de la ciudad.
Se espera que las reparaciones de la tubería afectada tomen al menos 24 horas para su sustitución, según informaron los trabajadores del Siapa. Entretanto, se han habilitado rutas alternas para el tránsito vehicular, y se ha solicitado a la ciudadanía extremar precauciones. La comunidad de Guadalajara estará al tanto de las acciones que emprendan el Ayuntamiento y el INAH en las próximas semanas para asegurar que este histórico acueducto siga siendo parte del paisaje urbano de la ciudad.
AM