El tener una discapacidad, para muchas personas no implica en poder realizar actividades cotidianas tal como trabajar, pues ante la necesidad, muchas personas desarrollan habilidades en las que encuentran alguna especialidad para generar sus ingresos.
Una historia conmovedora es la del señor Ramiro Barrera, masajista en la Plaza Municipal de Guadalupe, y a pesar de su discapacidad de ceguera, no lo detiene para salir adelante en la vida.
El hacer masajes corporales antiestrés, más que un trabajo es como un hogar para él, y sus compañeros se han convertido en su familia, haciendo más ameno pasar el rato y disfrutar aún más hacer su labor.
- Comunidad
Algunos de los retos que enfrenta el señor Ramiro, es el traslado de su domicilio a su espacio de trabajo, pues algunas ocasiones utiliza el camión urbano el cual es un riesgo, sin embargo, para él nada es impedimento cuando se trata de superarse.
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