A finales del siglo XX surgió una obra que cambió el rostro del Centro Histórico de Puebla: el puente peatonal del bulevar 5 de Mayo.
La estructura metálica fue instalada por mandato del ex gobernador Manuel Bartlett Díaz como parte del Programa de Desarrollo Regional Angelópolis durante el sexenio 1993 - 1999.
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Este proyecto constituyó una acción que modificó de manera trascendental la traza urbana y la zona de monumentos del Centro Histórico de Puebla en el año de 1999, tiempo en el se logró la edificación del Centro de Convenciones William O. Jenkins.
La existencia del puente peatonal de gran dimensión tenía la única intención que comunicar a los poblanos del Centro de Convenciones hacia el Barrio del Artista por medio de la Casa del Torno.
Al menos una década de vida 'útil' tuvo el paso peatonal que acabó con la vista del primer cuadro de la capital poblana, sobre todo con el panorama de los barrios fundacionales del Paseo de San Francisco. Ahí, en donde existieron las fábricas textiles La Guía; La Esperanza, La Mascota y La Oriental, fue edificada una plaza comercial y un estacionamiento.
Hoy el puente peatonal es un 'elefante blanco' al que la gente no puede acceder desde hace más de 15 años. En el año 2011, fue destruida durante el sexenio del ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, para colocar una estación del teleférico, que al final no se logró concretar.
En 2017, el inmueble fue reconstruido para albergar la Casa de la Reflexión de la Unesco; sin embargo, el esfuerzo por darle vida al edificio histórico no fue del todo posible, ya que el material original se perdió y se realizó con nuevos muros, es decir, un montaje de lo que alguna vez fue la Casa del Torno.
En el año 2018 se habló de una posible reapertura del puente peatonal, pero en este 2022, el gobernador Miguel Barbosa explicó que su administración analizaría el papel que jugaba dicha obra, ya que sólo atentó con el patrimonio histórico de la ciudad.