A sus 58 años de edad, Don Vicente, es una persona que gracias al apoyo de su esposa ha logrado salir adelante mediante la venta de duros preparados, dulces y otras frituras que ofrecen a los vecinos de la colonia Miramar.
Teniendo como residencia la avenida Puerto Vallarta, el señor Ramírez tiene que sortear banquetas en mal estado, calles mal pavimentadas y otros obstáculos que le impiden transportarse de manera libre y segura a bordo de su deteriorada silla de ruedas.
Siendo una persona de escasos recursos, don Chente, como sus amigos le llaman, día a día batalla para poder saldar las deudas que le roban el sueño. Uno de los cobros que desde hace un par de meses no ha podido culminar, es el recibo del agua potable, el cual, injustamente alberga montos mayores a los 180 pesos mensuales, a pesar de que su morada no cuenta con un medidor que regule el líquido que utiliza.
No obstante, la molestia del señor Vicente no solo se limita a las altas cifras de cobro, sino también al pésimo servicio que la dependencia correspondiente presta, ya que, ni el itinerario, ni la presión con que este arriba su hogar, es suficiente para poder tomar una ducha diaria o lavar su ropa.
Dada su actual situación financiera, la familia Ramírez ha tratado de exponer sus problemáticas a los candidatos a cargos públicos que visitan su hogar durante las campañas electorales, desafortunadamente, una vez que éstas terminaran, los funcionarios electos jamás regresan, generando cierta molestia y decepción entre sus votantes.
Siendo una persona con discapacidad, don Chente ha tratado de acercarse a los programas públicos de carácter federal que le permitan ser acreedor a una beca o estímulo económico que aligere su carga. Sin embargo, la falta de organización y atención por parte del personal encargado en la dependencia responsable, lo ha mantenido rezagado del beneficio desde hace más de tres años.
Cansado de luchar en contra de un objetivo que prácticamente pareciese imposible para su persona, Vicente Ramírez, exhorta a las autoridades municipales, estatales y federales a ponerse a trabajar de manera correcta, pues señala que estos obtienen su salario a base de los impuestos recaudados de la ciudadanía.
De igual manera, el duranguense pide a la ciudadanía de buen corazón acudir a su domicilio en el número 107 de la calle Puerto Vallarta en la colonia Miramar, para ayudarlo a vender sus dulces o duros y así mejorar la tribulación económica por la que actualmente atraviesa. O de igual manera, los interesados en realizar alguna donación ya sea de productos de la canasta básica o de alguna silla de ruedas puede comunicarse con el mismo a través del número telefónico 6183252353.