El Centro de Monterreyes un lugar que guarda muchos misterios e historias, el cual con el paso del tiempo se llenó de comercios, parques y hospitales; desde Parque La Alameda, la Casa de Aramberri, el edificio inconcluso, son lugares que guardan momentos que formaron el primer cuadro de la Ciudad.
Uno de esos lugares es el Hotel La Mansión Villarreal, el cual, además de ofrecer hospedaje a los visitantes de la Sultana del Norte, fue una droguería y según cuentan, un centro de espionaje nazi.
Todo se remonta a 1893, cuando el alemán Guido Moebius construyó el conjunto industrial llamado “Fábricas Apolo”, dedicándose en un principio a la fabricación de medicina y productos higiénicos, para en 1895 extenderse a la elaboración de velas, cerillos, jabones, betún, tintas, perfumes y chicles.
La Droguería Apolo, ocupaba manzana y media, abarcando la avenida Pino Suárez, Carlos Salazar, Ignacio López Rayón y José María Arteaga; sin embargo, hoy sólo existe el almacén dónde se expendían los productos farmacéuticos.
Guido Moebius, reconocido empresario alemán
Alfred Guido Moebius Giessner nació el 18 de agosto de 1860 en Chursutz, Alemania, sus padres fueron Kart Willhelm Mobius Rossberg y Laura Paulina Giessner Fahrmann.
Hijo de padres alemanes, Moebius decidió emprender un negocio en una pequeña casa, la cual no ha podido ser ubicada, para así dedicarse a la fabricación de productos higiénicos y medicinas, para así después construir una fábrica en el mero centro de la Ciudad y así elaborar velas, cerillos, jabones, betún, tintas, perfumes y chicles en 1895.
A partir de 1904 y con el crecimiento de la empresa, Guido emprendió diversas actividades mercantiles, destacando en la elaboración y venta de productos medicinales.
Esta preferencia de Moebius se da debido a que los alemanes destacaron en el siglo XVIII en la industria química y para finales del XIX ya contaban con notables avances como la creación de fertilizantes y vacunas.
Fábricas Apolo centraba sus productos en padecimientos no graves: como las enfermedades infecciosas y crónicas, dolores de muelas, cabeza, estómago, musculares: así como fiebres, resfriados e inflamaciones.
Con el paso del tiempo, las Fábricas Apolo se convirtieron en una de las ocho grandes industrias que había en la Sultana Norte hacia 1900, en función con su número de empleados; y entre 1933 y 1942 fue considerada como una de las empresas alemanas más importantes de México, de acuerdo con su capital social.
Fábrica Apolo, centro de espionaje nazi
El ambiente dentro de las empresas alemanas se volvió algo tenso debido a que en 1941 se aseguraron 12 barcos italianos y alemanes en puertos mexicanos, preocupando a empresarios y a empleados.
Fue el 13 de mayo de 1942 cuando alemanes hundieron el barco Potrero del Llano.
El 15 de mayo se dio a conocer la noticia en Monterrey y tres días después un grupo de manifestantes apedreó las Fábricas Apolo.
Derivado de los daños que sufrieron, la empresa presentó una carta-queja en donde dejaron claro el perjuicio que les podía ocasionar una agresión de mayor magnitud y perjudicando a los dueños con pérdidas y de forma colateral al personal que ahí trabajaba.
El presidente de ese entonces, Manuel Ávila Camacho, decretó el 22 de mayo estado de guerra contra las potencias del eje.
Las empresas alemanas, y las del ramo químico-farmacéutico, eran de vital importancia para el país en el año de 1943, siendo 11 mil obreros y empleados mexicanos los que se quedarían sin trabajo.
Para intervenir en empresas mexicanas, reemplazando a los directivos alemanes por empleados mexicanos, para después confinarlos en la Ciudad de México y Perote, Veracruz.
En ese tiempo, los gobiernos de Estados Unidos e Inglaterra habían entregado al gobierno mexicano una lista de ciudadanos y empresas alemanas que tenían lazos con el gobierno alemán.
Guido Moebius fue arrestado y llevado a Perote, acusándolo de transmitir información a través de su estación XE21K en donde, aseguran, aprovechaba para mandar mensajes en clave para que los espías lo descifraran.
También, agregaron, que una noche fue sorprendido usando el radio para realizar llamadas a Alemania en la Sierra de Chipinque.
Así lucen ahora Las Fábricas Apolo
En la avenida Pino Suárez, entre Carlos Salazar y José María Arteaga aún sobrevive la bodega que abarcaba más de la mitad de la cuadra y el resto era ocupado por una barda de ladrillo y reja de forjaba que delimitaba el jardín de la casa de Guido Moebius.
Hoy en día, lo que fue la casa de Moebius ahora es un negocio de artesanías mexicanas y la bodega ahora es el “Hotel La Mansión Villarreal”, en donde los visitantes pueden descansar y probar comida corrida en el restaurante “M y M”.
Con información de Adriana Garza Luna y Enrique Tovar Esquivel.