Cuando uno habla de Puebla es imposible olvidarse de sus volcanes. Liderados por el Popocatépetl, a la entidad se le reconoce por otros gigantes como el Iztaccíhuatl, La Malinche, el Citlaltépetl y hasta el pequeño pero no menos importante Cuexcomate, a todos los rodea un sinfín de historias, mitos y leyendas enaltecidas por los pueblos que los rodean.
Sin embargo, hay un sexto volcán en el estado que a través de los años ha pasado desapercibido por la mayoría de la gente, salvo por el hecho de que permanece activo y, pese a ello, en sus alrededores se asentaron comunidades y hasta un importante proyecto geotérmico que desde 1970 provee energía eléctrica a los habitantes de Puebla, Veracruz, Tlaxcala y la Ciudad de México.
Localizado en el municipio de Chignautla, en la Sierra Nororiental de Puebla, el volcán Los Humeros se formó aproximadamente hace 47 mil años y fue durante el siglo XX cuando el gobierno federal detectó actividad geotérmica, la cual desprende pequeñas fumarolas y formó depósitos de azufre que salen al exterior a través de una caldera que se creó en la zona sur. La caldera del volcán tiene una forma circular irregular de 400 metros de diámetro y apareció hace miles de años como resultado del colapso de la cámara de magma, material cuya composición es similar a la de otros volcanes poblanos, como el Popocatépetl.
El punto más alto del volcán se localiza a 3 mil 200 metros sobre el nivel del mar y, en una hipotética erupción, sepultaría a municipios enteros como Chignautla, Teziutlán Xiutetelco, Cuyoaco, Atempan, Tepeyahualco y Teteles de Ávila Castillo; no obstante, dicho fenómeno no se ha presentado en más de 20 mil años y su constante actividad geotérmica hace pensar que así se mantendrá por varios miles de años más.
“El volcán sigue activo porque vemos que la fuente de calor existe”, dijo don Bulmaro García Torres, habitante de Los Humeros desde hace 56 años y que comparte a MILENIO su experiencia respecto a vivir a menos de dos kilómetros de una zona con importante actividad volcánica.
Pese a ello, le gustaría que expertos en vulcanología se acercaran a la zona para estudiarla más a fondo y descartar cualquier tipo de riesgo para la comunidad, aunque la instalación de la central geotérmica Humeros III, a cargo de Comisión Federal de Electricidad (CFE), le da confianza para vivir en los alrededores.
“Hay veces que quisiéramos que se hicieran algunos estudios de vulcanología o algo para saber si es alto riesgo o no para estar un poco más seguros de seguir o quitarse, no estamos cerca, estamos sobre el volcán”.
Coincidencia o no, los pobladores han notado que cuando el volcán Popocatépetl presenta una erupción fuerte, las fosas de Los Humeros incrementan su actividad de forma considerable, fenómeno que se repite en temporada de humedad ante el reblandecimiento de la tierra.
“A veces el humo sale en un lado, pero luego ya aparece en otro”, dijo don Bulmaro, quien mostró a MILENIO Puebla algunos puntos que exhiben pequeñas fumarolas y son aprovechados por los habitantes para darse baños de temazcal.
“Nos damos bañitos de vapor porque son saludables y terapéuticos, esto tiene muchísimos años, hablamos de 100 años como mínimo. Las fosas hay en pocas partes y aparecen a flor de tierra”.
Justamente esa clase de fumarolas le han permitido a CFE instalar la central geotérmica Humeros III. Una red de 50 pozos que usan el agua sulfurosa y el vapor del subsuelo para transportarla por un sistema de tuberías, mismos que se utilizan para proveer de energía eléctrica a más de 200 mil mexicanos.
El proyecto es el único de su tipo en toda la zona centro-sur del país y ha dejado al descubierto la generación de agua sulfurosa volcánica que sale a la tierra a una temperatura de entre 60 a 70 grados centígrados.
Las propiedades del recurso, rico en minerales, han despertado el interés para construir un hostal y un balneario con la promoción de aguas termales, mismos que serían administrados por el municipio y sus habitantes, pero ambos carecen del dinero y la tecnología necesaria para sacarle el máximo provecho al volcán.
En Chignautla buscan impulsar proyecto turístico
Aprovechando contar en su territorio con un volcán, el ayuntamiento de Chignautla y pobladores de la comunidad de Los Humeros han intentado promover distintos proyectos para atraer turismo de la región, pero éstos fracasaron por falta de recursos económicos, sumado a la llegada de la pandemia de covid-19.
Una tirolesa, una pared de rapel, miradores, bancas para descansar y una cafetería sin uso son parte del paisaje que acompaña al cráter del volcán, ya que ni los gobiernos federal ni estatal han apoyado el interés del municipal para volver a Chignautla un centro eco-turístico, aprovechando su cercanía con ciudades como Teziutlán y Tlatlauquitepec, en Puebla, así como Perote, en Veracruz.
Y es que acceder al volcán y la planta geotérmica en sí es complicado, porque hacerlo desde la cabecera municipal implica un viaje en vehículo de 40 minutos a una hora sobre un camino de terracería que solo en algunos tramos tiene asfalto, lo que aleja a la gente y los motiva a visitar otros sitios.
Pese a ello, autoridades municipales se han encargado de promover otros atractivos turísticos para que curiosos se animen a visitar Chignautla, como “Nueve manantiales”, un parque recreativo que hace honor al significado del nombre del municipio.
Ubicado a tres calles del Palacio Municipal, MILENIO Puebla realizó un recorrido en el sitio que recientemente recibió una inversión de 6 millones de pesos para rescatarlo ante las pésimas condiciones en las que lo dejaron las administraciones anteriores, pero que ahora sirve para que las familias puedan nadar, dar un paseo o realizar un día de campo por una cuota general de 20 pesos.
Saúl Rodrigo Cabrera, regidor de Turismo y Cultura de Chignautla, contó a esta casa editorial la importancia que tiene la preservación de los manantiales porque son el nacimiento del río Xoloatl o Xoloapan, el cual surte de agua a los habitantes de la zona.
“Son nueve nacimientos de agua que están distribuidos en donde brota agua cristalina que surte a los municipios de Chignautla y gran mayoría de Teziutlán. Todas las civilizaciones antiguas se asentaban en donde había ojos de agua y ésta no es la excepción”.
Otros atractivos para visitar y conocer en Chignautla son el cerro de El Cristo, cuya cima tiene una figura de esta representación católica y que será venerada el domingo 20 de noviembre. Para este año, la visita contempla una carrera nocturna de led y, en la cima, la realización de una misa.
Dicho cerro permitirá a los turistas hacer actividades como senderismo o ciclismo de montaña, así como una vista espectacular hacia los municipios de Cuyoaco, Atempan, Xiutetelco, Hueyapan, Zaragoza, Tepeyahualco, Tlatlauquitepec y Libres, pero también hacia el Pico de Orizaba, La Malinche y los cerros de La Tortuga y de El Viento.
A ello se suma la celebración de la fiesta patronal durante el mes de septiembre, la cual se enaltece con una iglesia construida en el siglo XVI y que todavía resguarda la mayoría de su mobiliario original, haciéndola más especial aún.
“La gente es amena, la gente siempre está contenta en Chignautla, a veces andamos muy abrigados porque se nos viene la neblina pero regularmente los habitantes tienen la intención de atender a la gente que nos visita, que vengan y que se sientan a gusto para comer y descansar”, sentenció el regidor.
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