En la comunidad de Atzala, Puebla, la mañana del 19 de septiembre de 2017 una familia se preparaba para celebrar un bautizo, todo transcurría con la serenidad característica de los días en el pueblo, pero esa tranquilidad se terminó por la tarde, cuando se registró un terremoto que cambió el destino de quienes se disponían a festejar.
A las 13:14 horas, un terremoto de magnitud 7.1 sacudió con fuerza varias regiones del país, dejando a su paso un rastro de destrucción, confusión y dolor. En el corazón de esta tragedia se encontraba esta familia que, en ese preciso momento, celebraba el bautizo de una pequeña de tan solo dos meses de vida.
El templo de Santiago Apóstol, un edificio histórico del siglo XVII, se convirtió en el escenario de una de las tragedias más desgarradoras, que a siete años, sigue recordándonos el poder de la naturaleza.
La cúpula del templo de Santiago Apóstol cayó sobre la familia en plena misa
La ceremonia, que debía ser un momento de alegría, fue interrumpida abruptamente cuando la tierra comenzó a moverse. Las campanas que marcaban el inicio de la misa quedaron silenciadas por el estruendo del temblor. En cuestión de segundos, la cúpula de la iglesia se desplomó sobre los asistentes.
Entre las víctimas de este colapso se encontraba la bebé que iba a ser bautizada, su hermana de tres años, su madre, los padrinos y otros miembros cercanos de la familia.
En total, 12 vidas se perdieron bajo los escombros de lo que alguna vez fue un templo de oración y paz. Solo tres personas lograron sobrevivir, entre ellos el padre de la bebé, quien fue rescatado gravemente herido y trasladado a un hospital.
El párroco Néstor Cuautle y su sacristán, Sergio Montiel Tello, se salvaron al escapar por una puerta lateral hacia la sacristía.
Sergio Montiel recuerda cada detalle de la caída del templo
El sacristán Sergio Montiel recuerda con amargura cada detalle de ese día. Con la voz entrecortada, describe cómo la tierra "hervía" bajo sus pies, como si el infierno mismo hubiese emergido desde el suelo.
"Todo fue muy rápido, no hubo tiempo de reaccionar", comenta, mientras se esfuerza por contener las lágrimas. Sergio salvó su vida gracias a la intervención de Lorenzo, un feligrés que lo empujó hacia el presbiterio antes de que la cúpula se desplomara.
Aun así, la escena que siguió fue devastadora. El polvo y los escombros cubrieron todo, pero entre ellos pudo escuchar el llanto de una niña que, pocos minutos después, también perdería la vida.
Los habitantes de Atzala, conmocionados, no tardaron en unirse a la labor de rescate. Con el riesgo latente de nuevos derrumbes, comenzaron a escarbar entre los restos del templo, esperando encontrar sobrevivientes. Sin embargo, la magnitud de la tragedia pronto se hizo evidente. Las horas pasaron y el dolor se convirtió en la única certeza: las 12 personas que murieron en ese templo eran miembros de una misma familia.
A siete años de aquel trágico día, el dolor sigue latente en los corazones de quienes vivieron esa jornada. Los escombros del templo de Santiago Apóstol permanecen como un recordatorio amargo de la catástrofe.
Restauración del templo de Santiago Apóstol sigue esperando
Las promesas de las autoridades, que aseguraron que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) intervendría en la remoción de los restos y la reconstrucción del templo, no se han cumplido.
Los habitantes aún miran con preocupación las ruinas, temiendo que otro movimiento telúrico o las lluvias puedan provocar más colapsos.
Para los familiares de las víctimas, el tiempo no ha suavizado la tristeza. La familia Torres Escamilla, que perdió a tres de sus miembros, no sólo enfrenta el dolor de la pérdida, sino también la frustración de no haber recibido la indemnización completa que se les prometió.
A pesar de que se anunció una compensación de 90 mil pesos por cada víctima, sólo recibieron una parte, dejando en el aire la incógnita de los recursos faltantes.
La tragedia de Atzala es uno de los muchos episodios de dolor que dejó el sismo de 2017. Sin embargo, en esta pequeña comunidad de la Mixteca poblana, el impactofue especialmente devastador.
Cada 19 de septiembre, los pobladores recuerdan a las 12 almas que perecieron bajo la cúpula del templo, una conmemoración que, a pesar del paso del tiempo, sigue siendo conmovedora.
ERV