Doña Raquel es una madre de cuatro hijos que se gana la vida vendiendo ropa afuera de su casa, sin embargo su hija Carol Jetsabel de 16 años padece de insuficiencia renal desde hace más de un año, según el diagnóstico de los médicos sus riñones no pudieron desarrollarse correctamente, provocándole síntomas que la obligaron a mantener reposo.
"Yo me metí a trabajar por cuestiones económicas de mi casa y me empecé a sentir muy cansada, me salían muchos moretones y yo le decía a mi mamá que no era normal, entonces nos fuimos a hacer un chequeo, mi mamá me acompañó a mí, primero me dijeron que tenía anemia, después que tenía migraña y así fue suficiente hasta que un doctor me mandó a hacer un ultrasonido y ahí fue cuando el doctor me mando a internar inmediatamente porque si no me podía dar un infarto porque traía muy alta la presión", relató.
Carol quiere trabajar como ministerial, pero el diagnóstico interrumpió su camino para estudiar criminología en la preparatoria militarizada, aunque esto no significa que en algún futuro sigua con sus estudios.
Tres veces a la semana tiene que acudir para que le realicen una hemodiálisis, una terapia de sustitución renal que tiene el objetivo de cumplir parcialmente la función del riñón, pero dada su situación económica, el simple hecho de costear una sesión es de temer, pues cuestan alrededor de mil 500 pesos, lo que se traduce en 4 mil 500 semanales o 18 mil al mes, aunado al costo de su medicina que le dura dos semanas y tiene un costo de mil 500 pesos.
"De primero yo me sentía normal, hasta con más sueño y así, pero conforme iba pasando el tiempo yo me fui cansando, de hecho ahorita salgo de mi hemodiálisis y salgo con la presión muy alta, me duele mucho la cabeza, me canso mucho", expresó Carol.
"Es muy difícil tener una persona con insuficiencia renal porque son muchos gastos, muchos cuidados y pues no, tan solo un medicamento vale mil 500, el hierro, sus vitaminas, son varios medicamentos de diferentes costos, pero el más caro es la que la pone al día de su sesión", cuenta Raquel.
Esto solo provocó que ella y sus hijos cayeran en profunda depresión, pero al ver que no podían dejar a Carol en esta situación, los hijos más grandes se vieron obligados a trabajar, por otro lado, Raquel tiene que cuidar de sus padres quienes ya se encuentran en la tercera edad.
Actualmente la familia de Raquel han resistido gracias a los apoyos que varios vecinos le han aportado, como despensas y algo de dinero, sin embargo no sabe hasta qué punto podrá seguir así, por lo tanto lo único que Raquel pide es apoyo para costear el tratamiento de su hija, quien aun desconoce cuándo podrá estar en lista de espera para adquirir un riñón.
"A veces hay gente que ha venido y aquí en mi casa que es su casa llegan y me ofrecen hasta 100 o 200 pesos, y pues ya lo que me den créanme que todo es bueno", añadió Raquel.
Quienes deseen apoyar a su familia podrán acudir directamente a su hogar en la calle Platón #501 por el Centro Familiar La Joya, ahí Raquel los recibirá sin problema.
SEMY