Ya son 15 años de un acontecimiento importante para la Ciudad de México, cuando en un 26 de abril del 2007, se convertía en la primera entidad federativa en legalizar este procedimiento, al publicarse en el Código Penal del entonces Distrito Federal, el decreto que legalizaba y garantizaba a las mujeres y personas gestantes el acceso libre, gratuito y seguro al programa de Interrupción Legal del Embarazo (ILE).
“En la Secretaría celebramos 15 años de hacer historia, con acceso a servicios de Interrupción Legal del Embarazo (ILE) para todas las mujeres y personas con capacidad de gestar, en verdad tengan el derecho a decidir sobre su propio cuerpo de manera voluntaria, libre y responsable sin poner en riesgo la vida de ninguna mujer, pues hemos registrado cero muertes maternas ligadas al procedimiento de manera directa”, aseguró la titular de la SEDESA, Oliva López Arellano.
Este momento no es ex nihilo sino que es producto de más de 70 años de lucha. México un país de costumbres y tradiciones, toma en su identidad y como su fe, las enseñanzas católicas traídas de España, esta educación ética y moral ha permeado en muchos aspectos sociales del pueblo mexicano.
De acuerdo con Martha Lamas, Etnóloga de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) y maestra en Antropología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) el aborto fue posible gracias a la lucha de diferentes figuras.
“Ofelia Domínguez Navarro presentó una ponencia titulada ‘Aborto por causas sociales y económicas’, basada en el trabajo de la doctora Matilde Rodríguez Cabo. Ambas eran conocidas activistas marxista-feministas, fundadoras del Frente Único Pro-Derechos de la Mujer, creado en 1935. Su propuesta consistía en que el Estado controlara y regulara la práctica del aborto dentro de los tres primeros meses del embarazo con el argumento de que ‘la legalización del aborto tiene la significación de lucha contra el mismo’”, escribe Martha Lamas.
Después de este momento tenemos el año de 1970 donde el mundo vivía un tiempo de liberaciones y cambios.
“Las feministas mexicanas plantearon el derecho al aborto como un asunto de justicia social, como una cuestión de salud pública y como una aspiración democrática. No obstante, la contundencia de sus argumentaciones, tardaron otros 35 años en lograr la tan anhelada despenalización ¡y solo en la Ciudad de México!”, escribe Martha Lamas.
La prensa y los medios de comunicación tuvieron un papel importante en la difusión de eventos clave que pusieron a la interrupción legan del embarazo en conciencia y opinión del público.
“En 1989 un evento público volvió a despertar la atención sobre el tema del aborto: la policía judicial llegó a una clínica clandestina y arrestó a enfermeras, médicos y pacientes, sin orden judicial y violando todo tipo de garantías individuales. Los policías iban por dinero; era un caso de pura corrupción. Después de haber estado encerrada ilegalmente durante tres días, una de las mujeres detenidas decidió presentar una denuncia, lo que generó una reacción social de indignación en defensa de las víctimas de la policía. Los grupos feministas publicaron un comunicado en la prensa firmado por funcionarias gubernamentales, políticas, artistas e intelectuales”, escribe Martha Lamas.
Una educación implantada por fuerza durante años no siempre es fácil franquear, pero el ser humano que permanece en contante reflexión encuentra en la organización y en los nuevos valores un apoyo.
“No obstante el peso del catolicismo en el tejido cultural mexicano, ciertas transformaciones, entre las que destaca el cambio en los comportamientos reproductivos, introdujeron un discurso diferente. En este sentido, resultó crucial la coincidencia de objetivos entre el feminismo y ciertos organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que comenzó a utilizar términos como ‘género’ y ‘empoderamiento’ (empowerment) para referirse a la situación de las mujeres”, escribe Martha Lamas.
Resalta la necesidad de un acto político entorno al aborto para poder llegar al legislativo.
“En 1997, las plataformas del PRD y del Partido del Trabajo (PT) incluyeron la despenalización como uno de los elementos centrales de la ‘maternidad voluntaria’. Además, en mayo de ese año el candidato del PRD al gobierno del DF, Cuauhtémoc Cárdenas, y las integrantes de la Red por la Salud de las Mujeres del Distrito Federal (una de las corrientes más activas del movimiento feminista mexicano) se reunieron para acordar ciertas medidas que el candidato se comprometía a cumplir en caso de resultar elegido: entre ellas, una consulta pública por la reforma de las leyes sobre el aborto”. escribe Martha Lamas
La influencia católica y de sus figuras representativas volvió a menguar los esfuerzos por conseguir un procedimiento libre, gratuito y seguro.
“En enero de 1999, Karol Wojtyla (Juan Pablo II) viajó a México y ante un auditorio de dos millones de personas en el estadio Azteca difundió proclamas contra el aborto: '¡Que ningún mexicano se atreva a vulnerar el don precioso y sagrado de la vida en el vientre materno!'. Esta declaración y su repercusión en los medios de comunicación influyeron en las discusiones en la Asamblea Legislativa del D.F.”. escribe Martha Lamas
Fue hasta finales de 2003 que la Asamblea Legislativa se propuso reflexionar en nuevas reformas en materia del aborto.
“En diciembre de 2003, la Asamblea Legislativa votó nuevas reformas en materia de aborto. La propuesta del PRD incluyó desde un incremento del castigo para quien hiciera abortar a una mujer sin su consentimiento hasta la regulación de la objeción de conciencia de los médicos, de manera tal que (resguardando el derecho individual del médico) se garantice el servicio a la mujer que solicita un aborto legal”, escribe Martha Lamas.
Pese a la oposición por los grupos ya antes mencionamos el 26 de abril de 2007 la ley que garantiza el acceso libre, gratuito y seguro al programa de Interrupción Legal del Embarazo era publicada para entrar en vigor 24 horas después.
“Los grupos conservadores y la jerarquía católica exigieron un referéndum y argumentaron que la vida del producto de la concepción debía prevalecer sobre los derechos humanos de las mujeres. No obstante, el 24 de abril de 2007 el pleno de la Asamblea Legislativa aprobó las reformas por 46 votos a favor (PRD, PT, Convergencia, Alternativa, PRI y Partido Nueva Alianza). Se opusieron 19 legisladores –del PAN y el PVEM– y hubo una abstención (del PRI). La ley fue publicada el 26 de abril de 2007 en la Gaceta Oficial del DF y entró en vigor al día siguiente”, escribe Martha Lamas.
PALA