La conmemoración Israel Cavazos Garza, 100 años en 100 días, llegó a la Universidad Regiomontana, donde reconocidos ponentes contaron sus vivencias con el historiador, a manera de homenaje en Nuevo León.
Entre quienes relataron las aportaciones de don Israel Cavazos a la institución educativa, a la sociedad y hasta de manera personal, estuvieron el rector de la UR, Ángel Casán, el presidente de la fundación Ildefonso Vázquez Santos, el arquitecto Oscar Martínez y el historiador César Salinas.
El anfitrión del evento, Ángel Casán, destacó la manera en la que Cavazos Garza enseñaba siglos de historia en horas, lo que calificó como una forma de relato mágica.
Además, recordó que el primer premio Valor regiomontano de la institución que representa, lo ganó Cavazos Garza.
Por su parte, el presidente de la Fundación Ildefonso Vázquez Santos resaltó la importancia de hacer que la sociedad se inmiscuya en la vida del historiador.
Las ponencias denominadas Israel Cavazos Garza, académico y bibliotecario, forman parte de la celebración por los 100 años de su natalicio, que inició el pasado 4 de noviembre y culminará el 12 de febrero.
¿Quién es Israel Cavazos Garza?
Según información del gobierno de México, nació en Guadalupe, Nuevo León, en 1923. Realizó su maestría y doctorado en Historia en el Colegio de México (COLMEX). Se ha desempeñado como investigador de la biblioteca universitaria “Capilla Alfonsina” de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), donde también ha impartido la asignatura de Historia de México en la Facultad de Filosofía y Letras. También ha sido profesor en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), y director del Instituto de Investigaciones Históricas de Nuevo León.
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Ha sido cronista de la ciudad de Monterrey, además de archivista, bibliotecario e investigador de la historia regional del noreste de México y, en particular del estado de Nuevo León. Desde que tenía 18 años empezó a realizar investigaciones en el Archivo de la Catedral de Monterrey. A partir de 1944 empezó a trabajar en el Archivo Municipal de Monterrey, del cual fue director.
Fundó la Biblioteca Universitaria Alfonso Reyes y también tuvo a su cargo el Archivo General del Estado de Nuevo León, del cual fue designado director vitalicio honorario en 1976. Ha realizado investigaciones en numerosos archivos locales y nacionales; en el Archivo General de las Indias de Sevilla, en el de Simancas de Valladolid y en el de la Corona de Aragón en Barcelona; en los archivos de Estado de Viena; en el Archivo y en la Biblioteca del Museo Británico, en Londres.
A lo largo de carrera, ha desempeñado los siguientes cargos: Director General del Archivo del Estado de Nuevo León. Miembro fundador de la Asociación de Cronistas de Ciudades Mexicanas. Presidente de la Asociación Mexicana de Historia Regional. Miembro de la Comisión de Archivos del Instituto Panamericano de Geografía e Historia. Director del Centro de Investigaciones Históricas de la UANL. Pertenece a la Academia Mexicana de Historia y ha sido Miembro del Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República.
Ha dictado cientos de conferencias alrededor del mundo y publicado libros y ensayos, entre los que destacan Mariano Escobedo, el glorioso soldado de la República, Breve historia de Nuevo León y Catálogo y síntesis de los protocolos del archivo municipal de Monterrey.
Ha recibido las “Palmas Académicas” de la Academia Nacional de Historia y Geografía; la medalla “Serafín Peña” del Ayuntamiento de Guadalupe; nombrado “Alcalde Honorario” de San Antonio, Texas; medalla “Diego de Montemayor”, que lo declara “Ciudadano Ejemplar” de Monterrey; Medalla “José de Escandón”, de la Sociedad Tamaulipeca de Historia; Medalla al Mérito Cívico del gobierno de Nuevo León; medalla “Alfonso Reyes”, UANL; Mención Nacional al Mérito Archivístico, Archivo General de la Nación.
La institución de Fomento Cultural Banamex le otorgó a él y a su esposa el premio “Atanasio G. Saravia” (1986) por la publicación de su libro Protocolos de Monterrey. El ITESM le otorgó placa y diploma de reconocimiento a su labor como investigador; y el Ayuntamiento de Monterrey lo nombró “Cronista de la Ciudad”, en agosto de 1992.
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