El padre que la bautizó fue quien ofició la misa para despedirla. A las puertas de la iglesia de Naucalpan, Estado de México, el sacerdote recibió y le dio la bienvenida de nueva cuenta a "su casa" a Ivonne, una menor de 13 años quien fue asesinada tras salir de la escuela.
- Policía
Vestidos de blanco, familiares y amigos acudieron a despedir a la estudiante de segundo de secundaria. El ambiente no podía ser otro que uno cargado de rabia, tristeza y un dejo de incredulidad.
Había ido a cortar flores con su prima. Se acercaba el 21 de septiembre, el día que enmarca la entrada de la primavera en el Hemisferio Sur y que se ha vuelto tradicional para regalar flores amarillas.
Ivonne había pasado días viendo videos de YouTube para prepararles una sorpresa a sus amigas; quería formar una especie de corazón con las plantas y regalárselas. Por ello, luego de salir de clases decidió ir con su prima Jessica a un terreno cercano a la localidad.
Pero un sujeto las interceptó, las amenazó y unos metros más adelante, las atacó con un cuchillo. Fue Jessica la primera a quien quiso embestir; en ese momento, Ivonne empujó al hombre y se fue contra ella.
Sólo quería defender a su prima; sólo quería cortar flores
Con heridas y presa del miedo, Jessica decidió correr para pedir ayuda. Adelante encontró a unos hombres a quienes pidió auxilio; cuando llegaron al lugar para buscar al responsable y pese a su intento por huir, Ivonne estaba agonizando y murió unos minutos después.
"Perdóname", le gritaba Jessica a su prima en medio del funeral. Una niña, una víctima de un ataque, estaba pidiendo perdón por algo de lo que no era responsable; sólo querían cortar flores.
Vivían en el estado con más feminicidios en todo el país. El Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Pública Nacional indica que entre enero y agosto de 2023 se registraron 64 casos de este delito, una tasa de 0.70 por cada 100 mil mujeres en la entidad.
Ese 21 de septiembre, la movilización policiaca causó congestión vehicular en el sitio, algo había pasado y la población local, habituada a esta dinámica, lo sabía.
"No te imaginas quién fue", dijo una de las madres de los compañeros de Ivonne y Jessica a otra conocida del lugar. La duda que deja abierta un sinfín de posibilidades amagó en el sentimiento de la gente en San Mateo; porque no era una estadística más; porque en un lugar que, por años ha sido abandonado por las autoridades, también es hábito que el dolor sea compartido.
La despedida es más dolorosa cuando está presente el sentimiento de que quien partió no tenía por qué hacerlo; en el funeral, las amigas de Ivonne se aferraban a su ataúd; su familia clamaba justicia; ahí estaban sus padres y hermanas, su prima Jessica; los amigos que conoció desde la primaria.
Ahí estaba la desolación, el enojo y la emoción compartida; porque era una persona, una menor que soñaba con viajar y conocer Canadá; ella sólo quería cortar flores.
ZP