En los pueblos de Ameca, Jalisco, existe una leyenda popular que cuenta la historia del Chavarín, que en el siglo XIX hubo una sequía, y a pesar de que los campesinos rogaban a Dios que lloviera, no caía ni una sola gota de agua, por lo que la carencia de alimentos provocó una falta de trabajo, por ende, hambruna y pobreza.
Pero un día, un señor y su esposa hablaban en la cocina, la mujer le dijo que los niños tenían hambre y no había comida para darles, y el hombre respondió que no podía hacer nada al respecto. Por lo que al padre se le ocurrió vender su alma al diablo.
El señor, que después fue conocido como el Chavarín, hizo un pacto con el diablo para salvar a su familia. Una noche, el hombre salió al patio de casa y empezó a invocar al diablo con voz grave y retadora.
Cuando el señor decía aquellas palabras, ‘Satanás’ se apareció y ofreció mucho dinero a cambio de su alma. Como de esperarse, el hombre aceptó el trato y recibió muchos sacos cargados con monedas.
Sin embargo, algo por dentro del hombre cambió por siempre, ya que se volvió egoísta y poca empático. Inclusive, abandonó a su familia y se fue a vivir solo a un río, y terminó acompañado únicamente de bolsas de dinero y una culebra.
La esposa del ahora Chavarín, estaba preocupada por él, por lo que le comentó a un sacerdote su situación. Después, ambos decidieron buscar al hombre a su casa, y cuando éste los vio llegar, tomó su dinero y se aventó al río junto a la culebra.
Desde aquel día, nadie volvió a ver al Chavarín, no al menos como un ser humano. Y la gente de Ameca cuenta que les dicen a sus hijos que no se acerquen al río porque habita un monstruo mitad humano y mitad culebra que los ahoga en el agua, una criatura conocida como el Chavarín.
AA