El cielo de Ciudad Juárez amaneció despejado aquel 20 de enero de 2024, pero el aire helado de invierno impregnaba cada rincón del Parque Central, en medio de este clima extremo, un equipo de especialistas ultimaba los detalles para un traslado histórico. Benito, una joven jirafa de apenas cuatro años, se preparaba para emprender un viaje de casi dos mil kilómetros hacia Africam Safari, en Puebla.
Este no era un simple traslado; era un rescate que simbolizaba la lucha de activistas y ciudadanos por dar a los animales la vida digna que merecen y reconocer que los humanos no deben sobreponer el entretenimiento a la seguridad y bienestar de las especies en México.
La llegada de Benito a Ciudad Juárez
Benito había llegado a Ciudad Juárez en mayo de 2023, procedente del zoológico Fiesta Safari de Culiacán, su llegada fue anunciada con bombo y platillo por el gobierno estatal, que invitó a los niños juarenses a elegir su nombre en una votación popular. Fue Ximena Díaz, una pequeña de 10 años, quien sugirió llamarlo Benito, en conmemoración de Benito Juárez, ganándose el corazón de miles de personas.
Sin embargo, detrás de las sonrisas y los festejos por tener a una jirafa en el Parque Central de Ciudad Juárez se ocultaba una realidad preocupante. El espacio destinado para Benito era inadecuado, se trataba de un terreno sin vegetación suficiente, con sombra escasa y temperaturas extremas que oscilaban entre el calor abrasador del verano y el frío intenso del invierno.
Aunque el Parque Central intentó contar con un hábitat adecuado, las condiciones no cumplían con los requerimientos para un animal de su especie, lo que desde un inicio puso en alerta a los colectivos animalistas que consideraban que Benito no tendría dónde resguardarse de la lluvia, la nieve y ninguna otra inclemencia del clima, aunado a que el espacio era muy escaso para una jirafa.
La lucha por un nuevo hogar para la jirafa
La situación de Benito no pasó desapercibida. El colectivo "Salvemos a Benito", conformado por activistas y animalistas, comenzó una campaña para denunciar las condiciones en las que vivía la jirafa.
Videos y fotografías del animal agotado o congelado y además solo, recorrieron las redes sociales, generando indignación y solidaridad a nivel nacional.
“No podemos permitir que un animal tan majestuoso sufra por negligencia humana”, declaró uno de los portavoces del colectivo.
Gracias a la presión mediática y al trabajo legal del grupo, un juez ordenó el traslado de Benito a un lugar donde pudiera recibir los cuidados que necesitaba. Fue entonces cuando Africam Safari, un parque reconocido por su enfoque en la conservación de la vida silvestre, se ofreció como su nuevo hogar.
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La preparación de un traslado único y monumental en México
El traslado de Benito no era una tarea sencilla. Transportar a una jirafa de casi cuatro metros de altura y más de 800 kilogramos requería una logística meticulosa. Durante semanas, el equipo de Africam Safari trabajó en el Parque Central para entrenar a Benito y familiarizarlo con la caja telescópica en la que viajaría.
“Usamos reforzamiento positivo, como su comida favorita, para que se sintiera cómodo entrando a la caja”, explicó Frank Carlos Camacho, director de Africam Safari. Poco a poco, Benito comenzó a confiar en el equipo, aunque el proceso requirió paciencia y dedicación.
Finalmente, el 21 de enero, Benito subió por completo a la caja. El vehículo que lo transportaría estaba equipado con videocámaras para monitorearlo durante todo el trayecto, así como con suficiente alfalfa, fruta, verdura y agua para mantenerlo alimentado y cómodo. Una grúa colocó cuidadosamente la caja en el remolque, y la caravana comenzó su viaje.
La travesía de más de 50 horas para cambiarle la vida a Benito
El recorrido de Benito abarcó casi dos mil kilómetros, pasando por los estados de Chihuahua, Durango, Zacatecas, San Luis Potosí, Querétaro e Hidalgo, antes de llegar a Puebla. La ruta fue cuidadosamente planeada para evitar tramos peligrosos y garantizar la seguridad del animal.
Durante el trayecto, el equipo de Africam Safari y personal de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) monitorearon constantemente las condiciones de Benito. A pesar de las largas horas y las inevitables interrupciones en el camino, la jirafa se mostró tranquila, alimentándose y descansando dentro de la caja.
“Fue un viaje desafiante, pero cada kilómetro valía la pena para darle a Benito una nueva oportunidad de vida”, comentó uno de los integrantes del equipo.
Un nuevo comienzo para la jirafa Benito en Africam Safari
La llegada de Benito a Africam Safari fue recibida con alegría y emoción. El equipo del zoológico ya había preparado un espacio especialmente diseñado para él, con amplias áreas verdes, sombra natural y la compañía de otras jirafas.
Durante los primeros días, Benito exploró su nuevo hogar con cautela. Observaba a sus nuevos compañeros desde la distancia, pero pronto comenzó a integrarse al grupo.
“Es maravilloso verlo interactuar con otras jirafas y adaptarse tan bien a su entorno. Esto demuestra lo importante que es brindar a los animales las condiciones adecuadas para su bienestar”, señaló Camacho.
Benito ahora es un símbolo de esperanza y amor a los animales
Hoy, a un año de su llegada a Puebla, Benito se ha convertido en un símbolo de lucha y esperanza, su historia ha invitado a miles de personas a reflexionar sobre el trato que damos a los animales y la importancia de la conservación de las especies.
El colectivo “Salvemos a Benito” celebra su victoria como un recordatorio de que el cambio es posible cuando la sociedad se une por una causa justa.
“Benito no solo es una jirafa; es un motivo para reconocer que todos los animales merecen respeto y cuidado”, afirmó uno de sus miembros.
Mientras tanto, en Africam Safari, Benito disfruta de su vida rodeado de naturaleza y compañía, además come las plantas que los animales de su especie comen en África, su hábitat natural.
Su viaje desde Ciudad Juárez a Puebla marcó un antes y un después en su vida, sino también en la forma en que muchos ven la responsabilidad humana hacia la fauna.
La historia de Benito no termina aquí. Su llegada a Africam Safari sigue siendo un recordatorio de que cada esfuerzo cuenta y que, juntos, podemos construir un mundo donde todos los seres vivos tengan la oportunidad de prosperar.
ERV