Hace cinco años, José David Valencia Ramos inició un negocio de anillos de compromiso artesanales, con una inversión de 7 mil pesos que su madre le prestó. A sus 30 años, cuenta con su propia empresa que lleva por nombre Vitanni.
En entrevista con MULTIMEDIOS Puebla, el emprendedor dijo que estudió Administración de Empresas, carrera que comenzó a sus 20 años, ya que la economía en su hogar no era favorable. Mientras estudiaba, trabajó en una joyería poblana, donde aprendió y se enamoró de este oficio, en especial de los anillos de compromiso. Parte de lo que más le gustó fue la historia que hay detrás de cada joya adquirida.
“Me gustaban los anillos de compromiso, me llamaba la atención, ver cómo hay piezas que a uno lo acompañan y se compran una vez en la vida”, expresó.
En ese sentido, observó que el anillo de compromiso es un objeto que en ocasiones se compra en la juventud, cuando alguien está perdido, ilusionado y emocionado.
“Yo decía: 'tiene que ser memorable, tiene que ser especial, tiene que ser algo real porque si no es comenzar con el pie izquierdo'”.
José David dejó de laborar en la joyería por una beca que le ofrecieron para estudiar en España y a su regreso se encontró sin trabajo, sin embargo, las ganas de salir adelante lo llevaron a pedirle a su madre 7 mil pesos. Con el dinero, viajó a Ciudad de México para comprar tres anillos de compromiso hechos por manos mexicanas.
“Me acuerdo mucho que cuando empecé; no vendí en tres semanas y dije: 'qué feo', porque mi mamá me prestó el dinero y 7 mil pesos cuando uno no tiene nada, es demasiado”, comentó.
Gracias a su persistencia, logró vender el primer anillo y al año abrió su primera tienda para comercializarlos, siempre al comercializar con maestros joyeros mexicanos.
Mencionó que actualmente colabora con cinco maestros joyeros y además trabaja con cinco productores de Guadalajara, Puebla y de Taxco. De esta manera obtiene 95 por ciento de los anillos que ofertan.
Anillos especiales que involucran a jóvenes en el emprendimiento
David Valencia agregó que una de sus principales motivaciones es trabajar con gente poblana, joven, apasionada, entregada, al igual que colaborar con los maestros joyeros.
“Me da gusto cuando el maestro ya tiene otra máquina, ya contrató otra persona para que lo ayude, y digo: 'bueno, a lo mejor no es muy grande, pero sí directamente puedo apoyar a 27 personas e indirectamente un poco más a mí me da mucho gusto'”, señaló.
Refirió que cuenta con aproximadamente con 150 piezas estándar, ya que la mayoría de los anillos que oferta son personalizados. En cuanto al rango de precios, van de los 2 mil pesos a los 50 mil pesos.
En el camino para lograr posicionar su marca a nivel nacional, David resaltó el apoyo de su hermano Gabriel, quien se integró al proyecto hace tres años en el área de Mercadotecnia y Publicidad.
En entrevista, Gabriel compartió que él vio a su hermano buscar las herramientas para impulsar su joyería y cuando lo integró, ambos se coordinaron muy bien para buscar las bases y hacer crecer este negocio.
“El propósito de David es que las personas vengan y conozcan el anillo, que sea a su gusto y no solo eso, que esta experiencia sea única, especial y eso es lo que trato de hacer”, comentó.
Señaló que él respeta el trabajo que realizan los artesanos, ya que se requieren años de experiencia y dedicación para elaborar una buena pieza, por lo que, a su decir, es importante lograr que se resalte y se reconozca el trabajo de las manos que elaboran cada anillo.
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