¿Le temes a la oscuridad? Nachito también, y esto fue lo que le pasó; conoce su leyenda

Hoy en día, los tapatíos mencionan que han visto a Nachito jugando en el panteón de Belén.

Tumba de Nachito en el panteón de Belén / Twitter @culturagdl
Guadalajara, Jalisco /

Guadalajara conserva diversas leyendas, algunas de ellas son narraciones de terror que nacieron en el siglo XIX, tal como es la historia de Nachito, un niño que desde que conoció la vida temía a la oscuridad.

De acuerdo a las voces de los habitantes de Guadalajara, Ignacio Torres Altamirano, también conocido como Nachito, llegó a la vida con una fobia denominada nictofobia, en la que las personas le tienen miedo a la oscuridad, por lo que el pequeño no podía dormir durante las noches, al menos que hubiera antorchas encendidas en su habitación.

Durante una noche cuando Nachito estaba en su habitación, las antorchas se apagaron y el niño inmediatamente falleció de un infarto fulminante el 24 de mayo de 1882. Fue su madre la primera persona que se dio cuenta de que Ignacio había muerto.

Luego de que la gente se enteró de que Nachito había fallecido, lo enterraron en el panteón de Belén, en Guadalajara, sin embargo, las personas aseguran haber visto a Ignacio afuera de su tumba, por lo que notificaron a las autoridades y a los padres, y el enterrador recibió la orden de volver a sepultarlo.

No obstante, esta situación no terminó, ya que al siguiente día, encontraron la tumba de Nachito afuera, hecho que se repitió 10 veces más, por lo que la gente empezó a mencionar que el niño tenía un demonio o que la tierra no lo quiso recibir, mientras que otros decían que Ignacio no encontraba la paz en la oscuridad.

Ante esta tenebrosa situación, los padres de Nachito optaron por construir un ataúd de piedra y colocarlo encima de la tumba, así como dejaron aberturas a los costados para que entrara la luz, mientras que en las esquinas pusieron cuatro obeliscos que se encendían por las noches.

La leyenda de Nachito sigue viva

Hoy en día, la tumba de Nachito es uno de los lugares más visitados del panteón de Belén, algunas personas llegan para dejarle juguetes, ya que de lo contrario, cuenta la leyenda que Ignacio persigue a la gente hasta sus hogares para hacer travesuras.

De acuerdo al sepulturero, Nachito se pone a jugar durante las noches con los juguetes que la gente le dejan en su tumba, por lo que a la mañana siguiente, los empleados del panteón recogen los cachivaches que se encuentran tirados cerca del ataúd de Ignacio o sepulcros de otros niños. Hay quienes dicen que han visto al niño jugar con un globo.

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