Sin agua, con cadáveres de la fauna que murió a causa de la sequía y en total abandono es como se encuentra la laguna de Acomulco, que se ubica en el municipio de Zacatelco, Tlaxcala, esto tras la omisión de las autoridades quienes han permitido la operación de pozos clandestinos que han acabado con la vida de este ecosistema natural.
En entrevista para TELEDIARIO, los pobladores del municipio refirieron que desde el 2019, el nivel del agua de esta presa comenzó a bajar hasta en un 30 por ciento anualmente, y fue hasta hace un mes que la escasez llegó a su límite y ahora se encuentra seca.
"La laguna antes estaba llena de agua"
Recuerdan que en la laguna había flora y fauna, incluso pescadores acudían a la zona para recolectar hasta seis especies de peces que se encontraban en este espacio, agregaron que las aves bajaban a hidratarse y era un atractivo turístico que generaba trabajo en su alrededor, sin embargo, todo esto se perdió.
“En aquellos años, esto estaba lleno de agua, agua limpia, había pescados acociles, ajolotes, probablemente, ranas y, pues hoy, es un lugar de contaminación y de basura”, dijo el señor, Adrian Rodríguez.
El desabasto de agua potable en otras comunidades género la operación de pozos ilegales que venden el líquido vital a precios excesivos, ya que a decir de los entrevistados, el tener el servicio en los hogares que convirtió en un lujo.
“Son los pozos de agua potable, son los que succionan el agua y aquí en los alrededores hay varios, muchos antes tenían pozos, la mayoría tenían para tomar agua, mucha gente no dependía de agua potable porque tenía pozos”, señaló el poblador, Pablo Romero.
En este municipio hay al menos 10 pozos que extraen el agua de los manantiales que poco a poco se van extinguiendo y prueba de ello, es la sequía generada en la laguna.
Este negocio ha ido incrementando en la zona por la abundancia del líquido que se registraba, sin embargo, tras seis años consecutivos de extracción, han provocado esta problemática.
“Ya hay muchos pozos artesanales, antes solo eran pozos contaditos, ahora ya hay hartos, tan solo para los del agua potable, ya son como diez, son bastantes los mantos acuíferos los van secando, lo otro, pues el tiempo, estos calores”, reveló don Teódulo Díaz.
Los habitantes recuerdan este espacio con mucho cariño, al referir que ahí crecieron, que su ganado se hidrataba en este espacio e incluso, tienen anécdotas y leyendas paranormales, que ahora solo son un recuerdo.
AGA