Corren peligro las lechugas del Carro Verde; no han podido recuperarse de la pandemia

Los productos como el limón, el pepino y la lechuga incrementaron sus precios hasta el doble

Doña Mika y su puesto de lechugas / Especial
León, Guanajuato /

Este 2022, las tradicionales lechugas preparadas que se instalan en la esquina del mercado Carro Verde de León cumplen 48 años, pero doña Mikaela Rodríguez Muñoz, quien las vende con limón, sal, chile y un sazón especial, no se ha podido recuperar de la crisis económica generada por la pandemia.

Doña Mika, como la conoce la gente de la zona, comenzó a vender lechugas porque fue un oficio que le aprendió a su suegra, quien las ofertaba al interior del mercado Carro Verde, sin embargo, cuando ella inició el negocio lo hizo justo en la esquina del bulevar Mariano Escobedo.

Vende de los dos tipos de lechuga: Romana y larga, jícama, sandía y pepinos con limón, sal y chile o como lo pida el cliente, pues la mujer dijo que está para complacer el paladar de sus comensales lo que la ha hecho convertirse en un ícono de la ciudad y salir en medios internacionales, pues la historia de León cuenta que los leoneses eran lechugueros en tiempos de antaño.

“Pues la fruta todo el tiempo se ha vendido también, pero ya nada más de la lechuga quedo yo vendiendo así preparadas. Inicié con pura lechuga y rábanos, aprendí de mi suegra, ella vendía, ella toda su vida vendió, pero ya murió también”, comentó.

Sin embargo, durante los últimos tiempos la mujer ha presentado un problema económico, pues los productos como el limón, el pepino y la lechuga incrementaron sus precios hasta el doble y las ganancias para ella son casi nulas.

Doña Mika ha tratado de conservar los precios, a 17 pesos la fruta y a 20 la lechuga, sin importar que en ocasiones ella los compre mucho más caros.

“Pues no sé cómo decirle, a veces sube demasiado como ya ve ahorita el limón por mayoreo a 50 pesos y ya no hay temporadas buenas ni en tiempos de calor ni en tiempos de frío”, comentó.

La mujer lleva a León en el corazón, nació en la calle Independencia del barrio de San Juan de Dios, uno de los más tradicionales de la ciudad y pese a la identidad que le da a la ciudad y a la zona, el gobierno no se ha acercado con ella para hacer crecer su negocio, pues sólo sabe que existen préstamos, pero no se quiere endeudar porque no le gusta y no tiene cómo pagarlo.

Hasta hoy, doña Mika es una víctima más del covid-19 económicamente hablando y que cada vez está más preocupada porque la gente compra menos, pues tan sólo en las festividades decembrinas esperaba mejores ganancias, pero la expectativa no se cumplió.

PCQG

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