La devoción por la Virgen del Rosario en Talpa de Allende data de miles de años, ya que incluso en la actualidad, hay personas que la visitan con frecuencia para pedirle algún milagro o simplemente como muestra de su fe. Y es precisamente en este lugar que existe una leyenda sobre dos comadres que fueron convertidas en piedra; aquí te la contamos.
No se sabe el año ni el día en que ocurrió esta divertida narración contada por José T. Larís, sin embargo te la compartimos.
Las comadres que se convirtieron en piedra
Era una tarde calurosa de estío, cuando la comadre Mucia Jacoba, yendo, sudorosa y jadeante, se encontró con la comadre Tiburcia Petra, quien venía llorando por las afiladas y cálidas piedras del camino, ya que debía pagar una manda.
Siendo conocidas y estando vinculadas con el estrecho lazo de un parentesco espiritual, era natural y lógico y hasta humanitario que se estableciera entre ellas algún diálogo. En esta conversación Tiburcia afirmó que estaba arrepentida de haber realizado la manda para que su esposo dejara de tomar, ya que nadie se lo agradecería.
Incluso la mujer dijo que prefería darle su alma al diablo que volver con la Virgen del Rosario, a lo que Mucia la secundo, ya que así no caminarían tanto y no irían tan lejos.
Dichas estas indevotas palabras, cuentan los peregrinos que año con año van al santuario de Talpa, que tocan dos enormes piedras que están frente a frente en el camino de Zacoalco, ya que las impacientes comadres en piedra se quedaron.
Hay varias versiones de Las Comadres de Piedra ya que los sucesos y las formas de narrarlos varían según cada testigo y cada participante. Sin embargo, es cierto que en el lugar se encuentran estas piedras, porque descansan ahí las dos piadosas peregrinas que por haber reñido entre sí fueron convertidas en lo que son ahora.
MRG