La catedral basílica de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos suele recibir a peregrinos de diferentes estados del país, especialmente el 1 de febrero, cuando millones de fieles en caravanas llegan a este municipio jalisciense como parte de una manda por la Virgen.
Sin embargo, existe una leyenda que señala que en los caminos hacia San Juan de los Lagos la gente se encuentra con ánimas que pretenden ser humanos. Y se trata de muertos en vida que no han podido cumplir con ninguna manda prometida de llegar a la catedral basílica.
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Y es que hace años, en las inmediaciones de la iglesia de San Juan de los Lagos, un joven estaba llegando al pueblo con cansancio debido a largas horas de caminar, cuando finalmente vio las torres del templo, se puso contento, pero cuando se encontraba en el último tramo, una anciana de cabello blanco y encorvada se acercó y le dijo lo siguiente.
“Joven, vengo de muy lejos caminando, mis pies y mi cuerpo me duelen mucho, sólo me falta un poco para poder llegar y agradecerle a mi San Juanita porque me hizo un favor, hágame la caridad de ayudarme con mis cosas que traigo en este costal”.
Por lo anterior, el joven tomó el costal que pese a su pequeño tamaño, pesaba demasiado. Cuando llegó y subió las escaleras de la iglesia, buscó a la anciana para regresarle sus cosas, pero la mujer no estaba por ningún lado. Rápidamente entró al templo para entregar las pertenencias a un sacerdote.
Cuando el sacerdote le preguntó al joven de dónde había sacado el costal, éste le respondió lo que sucedió, mientras el padre vaciaba el contenido del costalito, del cual salió un cráneo y huesos humanos.
A partir de esta leyenda, la gente dice que no es bueno detenerse a ayudar a las personas desconocidas durante el camino a San Juan de los Lagos, ya que dicen que se trata de los fantasmas peregrinos, los cuales van más muertos que vivos.
AA