Viene a la mente de Alejandra Salazar Hernández, una imagen de su niñez en la que jugaba con sus vecinos bajo la sombra de un gran árbol localizado en la casa de su abuela, mismo en el que jugaba a ser maestra, pues desde entonces ya traía la pasión por ayudar y enseñar.
“Nací para ser maestra. Siempre tenía a mis vecinitos sentados mientras daba clase. Mi anhelo desde chiquita fue estar en el sistema educativo y lo cumplí” dijo la normalista con 21 años de servicio en la enseñanza.
La docente es inspiración para la comunidad educativa gracias a su dedicación, esmero y alto grado de compromiso en el desarrollo de su labor, “en esta profesión cada día tenemos la oportunidad de aprender, no sólo enseñamos”, recalcó.
Actualmente la maestra Alejandra se desempeña como Jefa de Sector 505 de Primarias Estatales y tiene a su cargo seis Zonas Escolares y una de Educación Física, las cuales abarcan los municipios que conforman la región norte del estado, San Diego de la Unión, Dolores Hidalgo, San Miguel de Allende, Ocampo y San Felipe.
Al recordar su trayectoria docente, muestra gran orgullo y satisfacción por apoyar en la formación de niñas y niños guanajuatenses, así como la de sus colegas y compañeros de trabajo, “hay que tener pasión para laborar en el sistema educativo y cada día busco transmitir ese sentir en mi red de colaboración. Quiero siempre ayudar a más personas a través del trabajo en equipo”.
A través de un cúmulo de recuerdos, experiencias gratas y retadoras, la docente originaria de Veracruz compartió sus sentimientos al acercarse al aula en la que realizaría su práctica profesional y fue llamada “maestra” por primera ocasión, “llegué a una escuela multigrado de la comunidad Las Cruces, en Acámbaro, tenía 18 alumnos inscritos en primero y segundo, grados que impartí”.
“Conservo la carta de un alumno que tuve hace 20 años, se llama Pedrito, y en su contenido me agradeció por enseñarle a leer y escribir” comentó Alejandra Salazar, con cierta emoción y melancolía al recordar una de las primeras satisfacciones que tuvo en su trayectoria y el impacto que llega a tener las caras sonrientes de niñas y niños en la figura docente.
La maestra Ale es consciente de que cada experiencia, esfuerzo y trabajo es motivado por las niñas, niños y jóvenes en las aulas, “busco motivar a mis compañeros a dar siempre lo mejor de uno mismo, recalcar la importancia de crear estrategias, pulir nuestro potencial y nunca perder esas ganas y pasión”.
“Creo que la mejor forma de impregnar esa motivación sucede cuando la otra persona te ve trabajar, en cada función que he tenido, como maestra de grupo, directora, ATP, y ahora como jefa de sector, ven mis compañeros que me interesan, me ocupo por mejorar y estoy cercana a su labor… en este puesto asumimos gran responsabilidad porque tenemos la oportunidad de llegar a muchas más personas” refirió.
La maestra Alejandra destaca como una autoridad educativa apasionada, constante, que cree en las personas y en los cambios, “debemos romper paradigmas porque los esquemas cambian y hay que aceptarlos, la Alejandra que se formó en la Normal no puede ser la misma de hoy, en donde se necesitan otras prácticas”, finalizó.