El profesor Horacio Treviño monta un nacimiento que es reconocido como uno de los más grandes de Saltillo, pues mide casi 16 metros cuadrados y ha ganado varios reconocimientos en la capital coahuilense por sus detalles.
Horacio relata que la colocación del nacimiento data de hace más de 35 años cuando se inscribió a un concurso local, en el cual fue reconocido como el altar más grande de Saltillo.
El hombre, que lleva desde 1987 montando el gigante nacimiento en Villa Fundadores, señala que antes lo hacía en casa de su madre, ahora con ayuda de su esposa y familiares, convirtiéndolo en una tradición.
“La primera vez que lo realizamos de gran tamaño fue para un concurso de un periódico local, lo realicé con mi hermano y mi mamá en la casa de ella, ahora me ayuda mi esposa, mis hijos y mis nietos, ya es una tradición que no quiero dejar pasar”, comentó Horacio Treviño, creador del nacimiento.
Año con año, Horacio invita a sus vecinos a poder disfrutar de su creación y espera que las próximas generaciones puedan continuar con la tradición, la cual ha estado desapareciendo con los años.
“A mí me gusta que vengan mis vecinos a verlo, invito a la familia y a los que viven en el fraccionamiento, mientras yo estoy aquí el portón está abierto y en caso de que no me encuentren los vecinos pueden tocar y observarlo, lo que yo quiero es que la gente preserve las tradiciones del Niño Dios y el nacimiento”, indicó Horacio Treviño.
¿Cuál es el origen de los nacimientos de Navidad?
Hoy en día es normal asociar la Navidad con símbolos como la cena, el árbol y Santa Claus. Sin embargo, una tradición que lleva cientos de años es probablemente la más importante de este festejo del cristianismo: el nacimiento.
También conocidos como pesebres navideños, esta decoración es una representación en miniatura del nacimiento de Jesús en Belén, aunque en un origen no se utilizaban maquetas.
En el invierno de 1223, a San Francisco de Asís se le ocurrió una forma de representar la llegada de Jesús cuando se encontraba en Greccio, una localidad cercana a la ciudad de Rieti, en Italia.
San Francisco de Asís, ayudado por clérigos locales, construyó una casa de paja con un portal y un pesebre cerca de la capilla para que los habitantes de la localidad que se ofrecieran, participaran en una representación en vivo del nacimiento de Jesús, en la cual, cada persona jugaría el papel de cada personaje presente en la escena.
La tradición de los nacimientos vivientes se fue expandiendo por Europa y continuó por algunos años hasta que en el siglo XV, en la ciudad de Nápoles se realizó el primer nacimiento hecho con figuras de barro.
Luego de que los nacimientos de barro reemplazaran a los vivientes por todo el continente, los colonizadores españoles llevaron esta tradición al Nuevo Mundo para evangelizar a las poblaciones indígenas.
JVS