El talento que en algún momento de su vida aprendieron y perfeccionaron, es implementado como parte del arte callejero que, en muchas ocasiones, se ha vuelto un sustento para hombres y mujeres en Nuevo León.
Tal es el caso de dos hombres quienes con esfuerzo y dedicación logran ganarse la vida haciendo lo que aman.
Originario de la Ciudad de México, Ricardo Galicia Martínez se dedica a hacer malabares con balones en calles del centro de Monterrey, tras aprenderla desde su niñez, esta actividad lo ha llevado a desempeñarse en distintas áreas, como espectáculos en circos y eventos culturales.
De la misma manera, Pepe Alcalá a sus 27 años, sorprende a los automovilistas con su talento con los malabares con antorchas, que aprendió y ejerció con diciplina durante algunos años.
Con años de experiencia, ambos coinciden en dos cosas, que la actitud de la gente hacia su espectáculo los inspira, además de que, en ocasiones, los montos que obtienen son positivos.
“Como en todos los trabajos hay temporadas buenas y malas”, comentó Ricardo Galicia.
Sin embargo, pese al reconocimiento y aceptación que muchas veces tiene su actividad, la mente de los jóvenes se inspira en sus planes futuros.
“Considerar la opción de hacer mi propia agencia o iniciar mi propio negocio”, mencionó el joven.
Mientras esto sucede, ambos piensan seguir en la actividad que les gusta, y que de cierto modo se ha convertido en el sustento para su hogar.
elmm