Angélica Pontvianne es una mamá fuera de serie.
Cariñosamente es llamada la "Tomb Raider" de su familia.
A lo largo de su vida, ha combinado el rol de esposa y cuidado de sus hijos, con el entrenamiento para competencias nacionales e internacionales a través del Karate Do en el que es cinta negra quinto dan, uno de los rangos más altos de este arte marcial.
Irma, Daniela y Antonio son la luz de sus ojos. Crecieron en un dojo, un espacio de practica en donde aprendieron la disciplina.
Con 55 años de edad y un sinfín de medallas, uno de los más altos honores fue ser parte del comité organizador del "Miyagi Chojun Festival" e imagen del "Festival de Budo Sai" celebrado en Okinawa, Japón.
Entre sus tantos recuerdos destaca uno especial durante una celebración del Día de las Madres.
Su esposo, Mario Falconne, la impulsó a aprender este deporte en el que lleva más de 3 décadas de dedicación.
Además de ser maestra de inglés, es sensei. Instruye a niños y jóvenes, pero a la par, es entrenadora de guardaespaldas junto a su marido.
Considera que ser mamá nunca debe ser obstáculo para cumplir los sueños personales y profesionales.
Para la oriunda de Tamaulipas, tener a su familia unida es la presea dorada.
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