Cada 12 de diciembre, miles de devotos se reúnen en Guadalajara para rendir homenaje a la Virgen de Guadalupe, una de las celebraciones religiosas más importantes de México. La ciudad se llena de fervor, música y tradición, con un ambiente festivo que recorre sus calles, especialmente en la zona del centro histórico.
Los tapatíos, junto a miles de peregrinos, esperan con ansias el momento más esperado de la festividad: las tradicionales "Mañanitas" a la Virgen, un acto de devoción y alegría que marca el inicio de la jornada dedicada a la Patrona de México.
La celebración de las Mañanitas a la Virgen de Guadalupe es un evento que congrega a miles de personas desde la madrugada. Los fieles se acercan al Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe para entonar las canciones tradicionales y rendir tributo a la Virgen, pidiendo su protección y agradeciendo sus favores.
Pero, ¿a qué hora se celebran las Mañanitas en la ciudad? Aquí te contamos los detalles para que no te pierdas este emotivo acto.
¿A qué hora son las mañanitas?
Las Mañanitas a la Virgen de Guadalupe iniciarán después de las 23:00 horas del 11 de diciembre, es decir, posteriormente a la Solemne Eucaristía con la presencia de los miembros de la Corte de Honor de Santa María de Guadalupe, por lo que se espera que se comience a cantar a medianoche.
Cabe señalar que algunos feligreses llegaron desde este martes al Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe para agradecerle por los favores y milagros concedidos, incluso al exterior, ya está siendo instalado el castillo de pirotecnia para la celebración.
¿Por qué se celebra a la Virgen de Guadalupe el 12 de diciembre?
Según la tradición, el 12 de diciembre de 1531, la Virgen de Guadalupe se le apareció por cuarta vez al indígena Juan Diego. Este acontecimiento ocurrió en las primeras horas de la mañana, cuando Juan Diego, quien vivía en Cuautitlán, salió en busca de ayuda para su tío enfermo. La Virgen lo encontró junto al "Pocito" y le informó que su tío ya estaba curado.
La Virgen le indicó que subiera al cerro del Tepeyac, donde encontraría unas rosas, que en esa temporada y en ese lugar no solían crecer. Le pidió que recogiera las flores y las llevara ante el obispo, como prueba de los milagros que había presenciado y para solicitar la construcción de un templo en ese sitio.
A mediodía, Juan Diego fue recibido por el obispo Zumárraga, quien observó cómo, al abrir el ayate de Juan Diego, caían varias rosas de Castilla, y de la manta apareció la imagen de la Virgen de Guadalupe.
AA