"Ser mamá tatuadora es un trabajo rudo, pero alguien debe hacerlo", ese es el pensamiento de María Teresa Romero, poblana que desde hace casi dos décadas ha incursionado en el mundo de los tatuajes, actividad que combina con sus tareas de madre y ama de casa.
Ella está consciente que ser madre es un trabajo complicado, que implica tiempo, empatía, mucha tolerancia y paciencia, y sobre todo, amor. Y abrirse paso en un ámbito considerado sólo para hombres, como lo es ser tatuadora, tampoco es sencillo.
Desde hace 19 años, María Teresa incursionó en el mundo de los tatuajes y hace 25 años se convirtió en madre. Enfrentar los prejuicios y micromachismos al ejercer su profesión, así como las miradas y discriminación al ser una mamá con tatuajes; sin embargo, eso la ha impulsado a demostrar que ser mujer y mamá no le impiden romper barreras.
La tatuadora y mamá de Elías, compartió que en su trabajo ha experimentado diferentes formas de discriminación, desde no tomarla en cuenta hasta decidirse por su trabajo al pensar que “es más suave”.
“A veces entran y si aquí en el local hay un hombre se van directo con él, ni siquiera me preguntan a mí y yo soy la tatuadora”, expresó.
Por otro lado, explicó que al ir por su hijo al colegio las madres de familia o maestros la veían mal por tener tatuajes, incluso señaló que algunos niños expresaron que “les daba miedo”.
Detalló que, en algún momento, su hijo mencionó su desacuerdo por el trabajo que ella realiza, por ello, decidió hablar con él y explicarle que tatuar es lo que a ella le apasiona y no por ser su madre dejaría de hacerlo. Indicó que el tabú más común es creer que por ser mujer “va a doler menos”, tabú que ella ha atacado a lo largo de los años esforzándose al doble.
Mencionó que ser tatuadora y mamá no ha sido fácil, hacer tatuajes implica bastante tiempo, no tiene un horario fijo e implica un mayor esfuerzo para hacerse notar por su trabajo y que más personas se interesen porque ella les plasme sus diseños.
A esto se suma, organizarse para cuidar de su hijo, asistir a las juntas de padres de familia, llevarlo y traerlo del colegio, y equilibrar la convivencia para tener una relación sana y amorosa madre e hijo.
Compartió que incluso su hijo le ha expresado que desearía tatuarse, sin embargo, ella le ha hecho ver que aún no es el momento, pese a esto, Teresa, dijo que a ella le gustaría ser quien lo tatué.
Teresa, conocida también como Tesa Romero, viene de una familia de dibujantes y creativos, en los tatuajes encontró la forma de fusionar dos gustos y talentos, y se ha esforzado por ganarse un sitio y el respeto de los tatuadores.
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