Como si de un estacionamiento público se tratara, más de 25 automovilistas se vieron obligados a detenerse sobre el carril lateral de la avenida Morones Prieto, justo después de la avenida Las Américas, para cambiar llantas ponchadas, víctimas de un mega bache que ha dejado al descubierto la fragilidad del pavimento.
El espectáculo parecía un desfile involuntario. Autos y camionetas se alineaban uno tras otro, formando una fila continua de conductores resignados a realizar maniobras mecánicas en plena vía.
Bajaban de sus vehículos con expresión de fastidio, abriendo cajuelas y sacando llantas de refacción, gatos hidráulicos y llaves de cruz, mientras el tráfico continuaba avanzando lentamente a su alrededor.
“Es increíble, es como una trampa mortal. A cada minuto llega otro coche con la llanta ponchada”, dijo un conductor afectado, mientras apretaba los pernos de su llanta con visibles gestos de frustración.
A su lado, otro automovilista hacía lo mismo, intercambiando miradas de complicidad irónica con sus compañeros de desgracia.
El mega bache, ubicado a la altura de la colonia Zaragoza, se ha convertido en una atracción que nadie quiere visitar.
La escena es un recordatorio de la mala calidad de los pavimentos de la ciudad, un espectáculo de autos varados y conductores convertidos en mecánicos improvisados.
Las autoridades no han hecho comentarios sobre cuándo podría solucionarse este desperfecto que sigue atrapando a conductores desprevenidos, dejando, literal y figuradamente, huellas en el camino.
bimc