El nuevo y el viejo Metro en Monterrey; modernidad y descuido

El aspecto descuidado en las líneas 1 y 2, en las que se pueden apreciar pintas, fugas de agua, fierros oxidados y escaleras eléctricas descompuestas, contrasta con el de la Línea 3, que no tiene la misma afluencia de pasajeros que el resto

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Monterrey, Nuevo León /

Fue un viaje al fondo de las dos caras del Metro... Pintas pandilleriles, fierros oxidados, fugas de agua, concreto y varillas expuestas, así como escaleras descompuestas en las líneas 1 y 2, contrastan con el viaducto nuevo y los flamantes y modernos vagones de la Línea 3.

Aparte de las fallas que desde hace años han generado que el servicio se detenga cada semana, los usuarios tienen que pagar los platos rotos por el abandono en que se encuentran las dos primeras líneas: la que va del centro de Monterrey a la estación Sendero, en el municipio de Escobedo; y la de la Expo Guadalupe a los talleres de Metrorrey, en el sector de San Bernabé, en Monterrey.

Durante un recorrido realizado por la plataforma MILENIO-Multimedios se constató que las fallas u obstáculos que sortean los usuarios son a diario y de todo tipo.


En la estación Cuauhtémoc hay grafiti en las columnas y en las mantas de información sobre la aplicación para el wifi, ubicadas en el andén de la zona subterránea, donde los pasajeros esperan el arribo de los trenes.

El concreto y varillas expuestas, así como los plafones inexistentes, con fierros oxidados, son visibles en las estaciones Alameda y Padre Mier, que están siendo sometidas a una cirugía mayor de mantenimiento, ante el abandono de 32 años, por lo menos en la Línea 1.

Una fuga de agua o de un venero se escurre por la pared de la estación Padre Mier, cuya ala poniente se encuentra cerrada, al igual que los accesos principales sobre la banqueta de la calle del mismo nombre, en su cruce con la avenida Juárez.

Ahí continúa la reconstrucción del techo que se colapsó hace un mes, por lo que Metrorrey anunció el cierre del acceso al vestíbulo poniente de esa estación.

En contraste, al realizar un recorrido por la Línea 3 del Metro, los vagones, la limpieza y la infraestructura nuevos es visible desde que el pasajero ingresa al viaducto.

El rechinido cotidiano que se escucha en los trenes de las líneas 1 y 2 no son igual de perceptibles en este viaducto.

Uno de los puntos en contra es que en la Línea 3 no es posible ingresar con la tarjeta tradicional como sí es posible hacerlo en las estaciones de las otras dos líneas.

El acceso es comprando la tarjeta y recargarla con varios viajes en las máquinas expendedoras, aunque éstas pueden ser utilizadas cuando se ingresa a cualquiera de las estaciones de las 3 líneas del sistema.

Es por ello que sería una de las causas que provoca que la Línea 3 esté prácticamente vacía y es visible cuando se ingresa a la misma hora a las otras dos líneas.



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