Microbuseros poblanos trabajan hasta 17 horas detrás del volante y contra reloj para cumplirle al concesionario

Los choferes de transporte público en Puebla también batallan contra la inseguridad y el mal salario.

Transporte público en Puebla | Andrés Lobato
Puebla, Puebla /

Gerardo lleva cinco años trabajando frente al volante de un transporte público en Puebla, oficio que nació desde la necesidad para llevar un sustento a su casa, pero que también disfruta pese a las dificultades que se presentan, tales como el tráfico, el sedentarismo por más de 17 horas, sin horarios para comer y acudir al sanitario al llegar a la base cada dos horas y media.

Los choferes de los camiones duermen menos de siete horas diarias y trabajan 17 de las 24 horas de un día normal, lo que se traduce en un mal descanso, mala alimentación, manejar bajo estrés y bajo la sombra de un reloj. Ya que tienen que cumplir con un tiempo establecido y con una cuota mínima para entregar al concesionario.

Su vida no es fácil, ya que deben separarse de su familia, perderse sus cumpleaños, aniversarios y hasta días de asueto, el oficio no es bien remunerado y no quisieran que las próximas generaciones de su familia se dedicarán a manejar un camión.

“Los factores en contra son que a veces el pasaje viene de malas, muchos quieren llegar rápido a su destino, uno lleva como que un tiempo y no es nuestra culpa que se les haga tarde y de igual forma el tráfico. También te consume mucho el tiempo, entras a las cinco de la mañana, sales a las diez de la noche (...), lo más feo que me ha pasado, pues yo creo que ha sido un choque, hasta ahorita solo un choque y que me asalten, van como tres ocasiones, pero solo eso, no ha pasado a mayores”, dijo Gerardo, en entrevista para Grupo Multimedios.

A través de un sondeo que realizó esta casa editorial a bordo de los camiones, los usuarios defendieron a los conductores al enunciar que pasan mucho tiempo en las unidades, son víctimas de la inseguridad y hasta de algunos policías corruptos, todo esto desde la experiencia que han tenido durante sus trayectos.

“Tienen una responsabilidad enorme y todo es dentro de aquí, diariamente a cuánta gente no llevan y luego tránsito, cualquier detallito los para y lo único que hace es pedir mordidas, sin importar que si el chofer juntó o no la cuenta del día", manifestó el ciudadano Silvano Reyes.

Del uno al 10, los microbuseros promediaron con un ocho este trabajo, al confirmar su compromiso con los poblanos y garantizar su movilidad pese a todos los factores que hay en contra de navegar por las vialidades desde muy temprano, ver el atardecer y presenciar la noche desde su unidad.

Christopher es un joven de 18 años que tiene el sueño de ser un gran conductor de camiones urbanos, su lucha comenzó al acercarse a la ruta 46, donde actualmente asea las unidades, sin embargo, ya tramitó su licencia para dar ese gran salto por su pareja.

“Salir adelante por mi familia, nada más, echarle ganas, me gusta, me siento alegre, porque me gusta manejar y quiero aprender más para vivir de esto, estoy tramitando mi licencia y con eso formar una vida con mi pareja”, señaló Christopher.

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