Aproximadamente 2 mil migrantes se encuentran varados en la Central de Autobuses de Monterrey, Nuevo León luego de que las autoridades de Coahuila les cerraran las puertas y los sacaran del estado.
Ellos son parte de una caravana de aproximadamente 15 mil personas entre hombres y mujeres de todas las edades, cientos de niños y niñas originarios de Venezuela, Haití, Cuba, Nicaragua, Salvador y África, que entró por Tapachula, Chiapas y consiguió en Huixtla que el Instituto Nacional de Migración les diera permiso para permanecer 30 días en el país.
Ellos pagaron pasajes de más de 2 mil pesos en Ciudad de México con destino a Ciudad Acuña, Coahuila con la intención de cruzar la frontera hacia Estados Unidos, ahí planeaban pedir asilo y tener una nueva vida.
Pero después de un mes, su travesía terminó el domingo y ahora no saben qué hacer: si intentar de nuevo o regresar a su país.
Hasta la mañana del martes ni gobierno federal o estatal, ni Derechos Humanos o Secretaría de Salud les ha brindado atención.
Algunos compraron boletos en 250 pesos con destino a Mina, Nuevo León en donde se corrió la voz de que tendrían más facilidades, pero nada ha sido información oficial.
cog