El pasado lunes 15 de abril, falleció Don Rodolfo Álvarez Herrera, el último sobreviviente de la Segunda División de Tránsito del Estado de Coahuila. Su partida marcó el fin de una era, evocando recuerdos de una época dorada en la historia de los tránsitos estatales.
La figura de Don Rodolfo representaba una conexión directa con una generación pasada, una era marcada por el auge de las películas de Pedro Infante y el rugir de las motocicletas Harley Davidson que caracterizaban a los agentes de tránsito de aquel entonces.
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Don Rodolfo recordó sus años como tránsito
En una entrevista realizada en el 2020 por TELEDIARIO, Don Rodolfo compartió con orgullo sus experiencias como miembro del segundo escuadrón, encargado de mantener el flujo vehicular en la ciudad de Torreón.
Rememoró cómo, por influencia paterna, ingresó al servicio como agente vial en julio de 1953, en una época en que La Laguna de Coahuila se distinguía por su producción de algodón, conocido como "oro blanco".
Laguneros agradecían con regalos y propinas a los tránsitos
Don Rodolfo describió cómo los agentes de tránsito gozaban de un respeto especial por parte de la comunidad, superando incluso a la policía en términos de cercanía y empatía.
Cada 22 de diciembre, los ciudadanos expresaban su gratitud hacia la División de Patrulla Acrobática con regalos que incluían refrescos, pan y generosas propinas, reconociendo así su labor durante todo el año.
Una leyenda del departamento de Tránsito y Vialidad
Su trabajo lo catapultó a la categoría de leyenda dentro del Departamento de Tránsito y Vialidad. Sin embargo, en 1996, Don Rodolfo se vio obligado a jubilarse debido a complicaciones de salud relacionadas con la diabetes.
A pesar de ello, su espíritu y dedicación permanecieron intactos, dejando una marca imborrable en la memoria colectiva de la comunidad.
Ahora, es su hijo Martín Álvarez quien recuerda con cariño y orgullo las vivencias de su padre, que lo consolidaron como uno de los tránsitos más queridos de su escuadrón.
“Soy el hijo mayor del señor Rodolfo Álvarez Herrera, 35 años como oficial de Tránsito y Perito, la gente lo estimaba y quería mucho. Era muy buena gente. Fue por el año 56-57, su familia se vino de Saltillo a Matamoros y ahí ingresó hasta 1996 cuando se jubiló por cuestiones de salud. Él estuvo siempre trabajando con muchas ganas. Falleció de 88 años cumplidos. Él tenía aún su traje, sus fotos históricas, porque ya no se volvió a hacer esa división acrobática”, comentó Martín, hijo de Don Rodolfo.
El legado de Don Rodolfo trasciende las fronteras del tiempo y la tecnología, recordándonos la importancia de valores como la dedicación, el servicio y la calidez humana en cualquier profesión.
El fallecimiento de Don Rodolfo Álvarez marca un hito en la historia de la corporación de Tránsito y Vialidad de Torreón. Aunque nuevas generaciones asuman el relevo, su legado perdurará en aquellos que tuvieron el privilegio de conocerlo, recordando siempre su ejemplo de profesionalismo y entrega hasta el último día de su servicio en 1996.
IML