La temporada de cuaresma iniciará con el miércoles de ceniza por lo que familias laguneras se preparan para la elaboración de platillos con productos del mar, los precios varían dependiendo de la cantidad y producto a elegir.
Marisquerías y establecimientos dedicados a la venta de productos del mar al menudeo y mayoreo se encuentran listos para atender la demanda de laguneros en esta temporada de cuaresma.
Durante un recorrido por algunos establecimientos, pudimos apreciar los precios de algunos de los productos: el filete de mojarra para ceviche ronda 89 pesos, filete de cazón 155 pesos, el camarón para cocteles se encuentra en los 199 pesos por kilo, mientras que el camarón gigante 280 pesos, respectivamente.
Dentro de la venta de productos frescos del mar, otros establecimientos como pequeñas fondas preparan alimentos como tortas de camarón con pipián, torrejas, migas, los tradicionales chiles rellenos y su sopa con arroz blanco, los cuales sus precios pueden variar, pero siempre al alcance de los comensales.
De igual forma, al interior del Mercado Juárez los expendedores de mariscos se encuentran listos por lo que esperan que el miércoles las ventas puedan repuntar.
Lo recomendable es que, si tiene contemplado acudir a algún tipo de establecimiento para la compra de productos del mar, las autoridades recomiendan traer consigo alguna hielera para resguardar el producto para que al llegar a casa esté fresco y en buenas condiciones para su preparación.
¿Por qué se come mariscos en Cuaresma?
El consumo de mariscos en la Cuaresma es una tradición religiosa que se remonta a la Edad Media. Durante la Cuaresma, que es un período de cuarenta días que comienza en el Miércoles de Ceniza y termina en el Domingo de Resurrección, los cristianos católicos están llamados a hacer penitencia y abstenerse de carne roja en ciertos días.
La Iglesia Católica considera que los mariscos no son carne roja, por lo que se permiten su consumo durante la Cuaresma. Esta tradición se originó en parte porque en la época medieval, los mariscos no se consideraban una comida lujosa, sino más bien una comida de los pobres. Además, la Iglesia promovía el consumo de mariscos porque eran una fuente importante de proteínas y nutrientes para las comunidades costeras.