El 13 de diciembre de 1997, Guadalajara tuvo una mañana que quedaría grabada en la memoria colectiva de los tapatíos. Aquel día, la Perla Tapatía experimentó un evento climático tan inusual como sorprendente: una nevada que sorprendió la ciudad y transformó por unas horas el paisaje conocido.
Guadalajara, ubicada en una región donde los inviernos son suaves y las grandes heladas no son comunes, se vio envuelta en un frío tan intenso que nadie esperaba. En las primeras horas de la mañana, los habitantes salieron a las calles atónitos, observando cómo la nieve cubría cada rincón de la ciudad, desde las principales avenidas hasta los barrios más alejados.
La escena era de desconcierto y asombro, mientras los tapatíos se sorprendían de ver su ciudad transformada por un fenómeno que nunca imaginaron podría suceder en su tierra.
Nieve en lugares emblemáticos de Guadalajara
La nieve caía sobre los techos de la Catedral, sobre el jardín del Santuario, y en los camellones de Chapultepec. En lugares tan emblemáticos como los portales de Tlaquepaque y la Plaza de la Liberación, miles de personas se congregaron para disfrutar del espectáculo.
La Barranca de Huentitán fue cubierta de nieve, así como el Cerro del Cuatro y las áreas de recreo como el parque Alcalde, donde los niños aprovecharon para hacer muñecos de nieve y luchar con bolas de nieve.
El fenómeno se produjo debido a una serie de condiciones meteorológicas poco frecuentes, originadas por el fenómeno de El Niño, que afectó la región. Lejos de Jalisco, en el Pacífico, El Niño calentó las aguas del mar a niveles inusuales, lo que a su vez provocó cambios en el clima.
La humedad del Pacífico se mezcló con temperaturas por debajo de los 0°C, y a medida que avanzaba la madrugada, comenzaron a formarse las nubes que, al amanecer, trajeron la nevada.
Un fenómeno difícil de repetir
El 13 de diciembre de 1997, la nevada cubrió toda el Área Metropolitana de Guadalajara, con una capa de hasta 3.5 centímetros de nieve en el sur de Zapopan. Las temperaturas fluctuaban entre los 2 y 3 grados bajo cero, y en algunas áreas, como el aeropuerto, se registraron temperaturas aún más bajas.
No se registraron accidentes graves, sólo algunas interrupciones menores en los semáforos. Sin embargo, los tapatíos, a pesar del intenso frío, no pudieron resistir la tentación de salir a ver este inédito fenómeno.
En algunos puntos de la ciudad, como la Plaza de la Liberación, se concentraron grandes grupos de personas para disfrutar del espectáculo que duró más de tres horas, comenzando alrededor de las 7 de la mañana.
AA