Niños y niñas que viven y trabajan en los circos reciben clases por parte del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), el cual envía a educadores y educadoras no sólo a dar clases a estos pequeños, sino que se quedan a vivir con ellos por varios meses.
La vida circense se caracteriza porque los circos se trasladan de municipio en municipio y no permanecen mucho tiempo en ningún lugar, lo que dificulta asistir a clases presenciales.
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Por esta razón, la Conafe (órgano desconcentrado de la Secretaría de Educación Pública) ha preparado un programa que se está realizando en el Estado de México cuyo objetivo es que ningún niño se quede sin estudios.
“Anteriormente se pensaba que por estar en el circo acompañando a las familias, los menores tenían que quedarse sin instrucción académica, pero se puso en marcha este plan a fin de garantizar que puedan tener las herramientas suficientes para desempeñar algún oficio e incluso acceder a estudios superiores en el futuro”, explicó Berenice Olmos, Coordinadora Territorial de Conafe en el Estado de México.
Educadores de la Conafe viven en los circos varios meses
Desde hace 25 años, Conafe le da clases a 349 directamente en 50 circos en todo el país a través de un programa mediante el cual se capacita a los educadores, los envían a vivir tres meses en las carpas, donde dan las clases, y después regresan para recibir una capacitación adicional hasta que culmine el año escolar.
Los educadores son financiados por el Conafe y el circo, este último dándoles techo y alimento, por lo que se vuelven un integrante más de la familia artística.
“Es un choque cultural muy constante” dijo a TELEDIARIO Anayeli Jiménez, una de las educadoras de Conafe que actualmente imparte clases a niños de la compañía “Bless Circus”.
Anayeli ahora tiene una vida itinerante, pues viaja con el circo para poder darle clases a las niñas y niños que viven en él. Con 21 años está al frente de la formación de siete niños de distintas edades que reciben educación a través de tutorías en las que estudian los temas y luego demuestran lo aprendido.
Reconoció que uno de los desafíos es adaptarse a un estilo de vida como el de los circos.
Los pequeñitos que están bajo su mando tienen la intención de ser mejores y de instruirse todos los días por medio de la educación.
“Lo que les diría es que Conafe tiene esta intención de dar una educación de calidad, entonces nos capacitan y posteriormente tenemos asesorías y acompañamiento a través de todo el ciclo escolar. Es un reto, pero la experiencia es inolvidable. Ya lo vemos de manera distinta porque nosotros ahora si vivimos la experiencia detrás del telón del circo”.
KAT