Aunque existen albergues que tienen un lugar para ellos, mucha gente que vive en situación de calle prefiere dormir a la intemperie incluso cuando hace frío, ya sea porque no quieren seguir reglas o porque su estado mental los tiene fuera de la realidad.
Viven en la calle, y es su hogar bajo toda circunstancia
Por eso un frío como el de estos días no los intimida ni los hace abandonar el único lugar donde se sienten seguros.
A pesar de los albergues que se abrieron, los operativos carrusel donde los invitaron a refugiarse durante la noche en un lugar calientito, con comida y bebida caliente, muchas personas que viven en situación de calle, optaron por quedarse donde mismo.
Habrá que ver hasta dónde están conscientes de su decisión. Rafael vive en las calles del centro de la ciudad, las cuales recorre cada día para juntar latas de aluminio.
Dice que él trabaja para el Gobierno Federal, y los aztecas lo enviaron a juntar botes.
Muchas personas en situación de calle evaden toda conversación con quienes se acercan a ellos. Cuando llegan gente a repartirles comida o bebidas calientes, se acercan, se forman, reciben el alimento y se van. No platican.
No les gusta acatar reglas, por eso no van a los albergues, aunque haga frío, y se cubren con improvisadas chozas de cartón y periódicos, más las cobijas que les regalan. Otros, como Rafael, evidentemente no están conscientes.
El frío sigue en los próximos días y pasar la noche en la calle implica el riesgo de una hipotermia, pero ellos están acostumbrados, y las bajas temperaturas no les preocupan.
Rja