La sequía que azota al Estado podría tener efectos a mediano y largo plazo para el sector ganadero, una de las principales fuentes de la economía de Nuevo León.
El profesor e investigador de la Facultad de Agronomía, Edgar Gutiérrez Castorena, explicó que la actividad en el campo sería una de las más afectadas por la reducción del agua, conforme se vayan mermando los pozos subterráneos y la lluvia no llegue.
En la entidad, el 80 por ciento del área productiva es pecuaria, por lo que se requiere de pastizales que a la vez necesitan del recurso hídrico.
A mediano plazo, se podrían presentar fenómenos como la desertificación, la compactación del suelo que implica menor agua disponible para las raíces de las plantas y el incremento en la salinidad de la tierra fértil.
Gutiérrez Castorena visualizó que si la sequía se prolonga, en dos años la crisis sería inminente, obligando a los productores a migrar a cultivos que no consuman demasiada agua.
En un largo plazo, la escasez requería medidas severas y costosas, o de largo tiempo de aplicación, como traer el recurso desde regiones distantes.
Rja