Uno de los panteones más antiguos de la Ciudad de México es el 20 Noviembre, de la alcaldía Tlalpan, el cual, anteriormente era conocido como el panteón del paraje de San Marcos o Panteón Nuevo y que tras casi 150 años de historia, esconde muchos relatos y secretos.
“Se fundó en 1875, es cuando se hace la bendición de ese terreno, ya que a partir de 1857, con la Ley de Panteones, se establece que ya la gente no puede sepultarse en los atrios de las iglesias”, relató María Teresa Suárez, guía turística cultural de dicha demarcación.
Este lugar esconde cientos de anécdotas, don Alfonso Herrera, quien lleva trabajando más de 30 años en el lugar, asegura que ha visto personas que desaparecen sin dejar rastro.
“De ese pasillo al otro, bajé para allá, porque tengo varias tumbas a mi cuidado, de repente vi como una especie de humo que iba bajando solito encima de una tumba y que después se convirtió en una persona. Yo le pregunté qué tumba buscaba o en qué podía ayudarlo, pero no me decía nada. Después me agaché, agarré mi carretilla y cuando volteo, ya no estaba”, relató.
Pero sin duda la anécdota más impactante del señor Alfonso es que en febrero de este 2023, una persona platicó con el junto a la tumba de una menor de edad, e incluso se saludaron de mano, pero lo que don Alfonso descubrió después es que ese señor llevaba 8 meses de fallecido.
“Agarra y me dice vengo a ver a mi nieto. Aquí está su nieto. Yo sabía que era su nieto, pero pues nadie lo viene a ver. Acabamos de platicar, lo saludé, se fue para allá, segundo pasillo dio la vuelta y desapareció.”
Días después, don Alfonso platicó con una de las hijas del señor y tras relatarle lo sucedido, sorprendida, ella le contó que su padre había sido enterrado desde junio de 2022.
“Me dijo ve a la capilla de Misael. Allá lo va a ver, mi papá está allá. Yo dije pues cómo va a estar allá, entonces me fui y ahí está la foto y si era el”, expresó.
Martín Sánchez, el actual velador del panteón, también reafirma estas historias, pues refiere que ha visto desaparecer personas entre los tumbas, tanto de día como de noche. Aunque dice que ya no le teme a los muertos, sino a los vivos, pues son los que pueden dañar a otras personas.
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Además, explica que muchas personas acuden a realizar extraños rituales en el panteón.
“Vienen a dejar todo tipo de cosas extrañas como gallinas muertas, ofrendas, cosas así, propiamente oscuras porque hacen preparados y los vienen a dejar aquí afuera de la reja o por los alrededores de las bardas del panteón o las vuelan hacia adentro.
Casi ya es a diario, no hay día que no se presente que haya algo tirado en la calle, otras cosas que he podido observar bien son frascos con cosas raras que las entierran hacia dentro de las tumbas”, relató.
Éstas son sólo algunas de las historias que esconde este antiguo y emblemático lugar de la Ciudad de México.
ZNR